febrero 26, 2010

COSTUMBRES FAMILIARES, PONER LA CABEZA EN EL TAJO




El Rey Juan Carlos no se ha limitado a abrir las puertas de la Zarzuela a miembros del Gobierno, empresarios y sindicatos para hablar de un eventual Pacto entre todas las fuerzas políticas destinado a sacar al país cuanto antes de la crisis, sino que se ha movilizado personalmente viajando lejos de Palacio para pulsar otras opiniones. El Monarca, en efecto, mantuvo el pasado sábado 13 de febrero, en plena fiebre pactista, un almuerzo reservado con un grupo de notables empresarios catalanes, al objeto de pulsar su estado de ánimo respecto a ese gran acuerdo político para superar la crisis. VER TODO

En las monarquías constitucionales el rey representa la unidad y continuidad de la nación y el estado por sobre banderías y facciones. No legisla, decide ni juzga. Su figura debe ser de cristal, como la pureza de la mujer, no se discute, empaña ni se raja; porque no sirve más. De buenas intenciones esta empedrado el camino del infierno, no se le tira la corona a los perros para jueguen.

Hay familias que tienen un sino dicen los historiadores o un tara dice el vulgo, hemos conocido los Claudios, los Buonaparte, los Kennedy y también los Borbones.

A veces solo es torpeza, soberbia o locura congénita, otras veces es falta de dignidad y cojones para la posición que les tocó desempeñar.

Don Juan Carlos de Borbón, Rey de España para su desgracia; parece reeditar trescientos años después al Luis XVI de los Franceses, haciendo lo imposible por poner la cabeza en el tajo. Detrás de el afortunadamente perderán la cabeza toda la plutocracia y nobleza política ¿Es torpeza natural o sin saberlo son solo herramientas, del Señor de la historia? Le corresponde el beneficio de la duda. In dubio pro reo.

Un punto en que se imponen reflexiones que nunca se hacen, porque esto de pegarle a un rey es como acertarle un pelotazo en la cara al negrito de los viejos parques de diversiones, está al alcance de cualquiera solo cuesta monedas, es divertido, pero mucho más difícil de lo que parece.

Los hijos de reyes como los de los esclavos nacen para seguirlo siendo, no tienen “libertad de elección de vida”. De allí que presumo, en lo personal deben tener gracias especiales del cielo, un Cireneo para llevar la cruz y compensar tal falencia o una justicia eterna más benigna. No tienen posibilidad de no aceptar o dejar de serlo, solo los príncipes de la casa de Windsor la monarquía sin corazón invoca el amor para dejar de serlo.

Curiosa verdad; la base y el vértice de la pirámide del poder unidas por la obligación del Servicio, y el centro; también en forma gratuita sin mérito alguno, disfrutando en teoría del derecho a ser libres, elegir, hacer o dejar de hacerlo.

Volviendo al principio de esta fiebre pactista que les ha agarrado es prudente recordar que en menos de treinta años, solo una generación, un acuerdo para siempre, se les hizo pedazos; aquel Pacto de la Moncloa con el que aquí tantos sueñan y allí torpemente quieren reeditar, en peores condiciones que las originales, ¡Unidos por el espanto!

¿Cuáles fueron sus resultados? En principio la fantasía de vivir en el Elyseo financiados por la Comunidad Europea y de allí al festival de las autonomías, las burbujas inmobiliarias y el rentable negocio financiero. Desencadenar una crisis económica y política sin salida a la vista que no signifique que tirios y troyanos vuelvan a escabecharse. Que el honor de España lo arrastren los piratas somalíes o los del peñón basureando a la Real Armada. Que la juventud este descerebrada por la droga, en fin que España sea el papelón que es, elecciones que define un atentado terrorista en Atocha. Senadores empresarios del aborto que deciden si se lo aprueba.
La España que solo cuando fue una en la diversidad, fue grande, hoy convertida en un mosaico de enanos intrascendentes. ¡Una primorosa democracia hija de la moncloa! Si, la misma, aquella puta relajada de la recova.

¡A los botes, ratas y ladrones primero! Hay que salvar a los que piensan y dirigen.

Es cierto que la familia es la célula de la sociedad y por extensión del conjunto de familias se forman las naciones. Padres, idioma, costumbres y tradiciones comunes.
Esta familia Ibero americana tiene una tara o locura congénita o nos infectamos con el virus hipócrita de los republicanos terroristas de Paris. Desde que la Ciudad Luz y luego la estatua de la libertad que le regalaron a los americanos sustituyeron al Faro de Alejandría el mundo no sabe donde va ni de donde viene.

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