Foto Periódicotribuna.com.ar
MINISTRO NACIONAL DE LA MUERTE E IMPUNIDAD
Una síntesis de los mensajes del responsable nacional de la Seguridad y Justicia.
Son señores mejicanos. El 75% del consumo juvenil de drogas es “recreativo” Los menores drogadictos no cometen delitos violentos, no están en condiciones de hacerlo. Hay muchos mejicanos sueltos, falta una que está tácita: y un sólo Fernández argentino responsable de la seguridad y justicia, atornillado al cargo para proteger a su jefa y a los asesinos.
Son señores mejicanos. El 75% del consumo juvenil de drogas es “recreativo” Los menores drogadictos no cometen delitos violentos, no están en condiciones de hacerlo. Hay muchos mejicanos sueltos, falta una que está tácita: y un sólo Fernández argentino responsable de la seguridad y justicia, atornillado al cargo para proteger a su jefa y a los asesinos.
La delincuencia tal como se presenta ahora, poco tiene que ver con la marginalidad, dado que esa condición les impide contar con los elementos suficientes para montar los operativos armados que conforman el panorama provincial. Decía hace un mes la Socióloga y analísta de medios, Laura Etcharren en un artículo citado en estas páginas.
Desde entonces aparecen con frecuencia cotidiana los malones de vándalos en grupos comunicados por radio, con movilidad, refugios-aguantaderos, zonas y rutas de escape liberadas, saqueando matando y sembrando el terror.
Entretanto sus cómplices instalan y debaten teorías sobre edad de imputabilidad, imposibilidad de identificar sospechosos, establecimientos de detención, que Fernández no construye, porque habiendo sido el mismo, un prófugo y teniendo cuentas pendientes con la justicia se opone terminantemente a encarcelar delincuentes.
Simultáneamente todo el periodismo progresista-subversivo de los medios masivos de comunicación: CANAL 2 América-Narváez, CANAL 9 Haddad-Mejicanos, CANAL 13 Clarín-Kirchner inundan las pantallas con reportajes a residuos humanos de la droga, presentándolos como las verdaderas víctimas de la insensibilidad social a las que por añadidura, el pueblo de derecha genocida, reclama convertir en imputables y encarcelarlos.
Una cosa son las leyes para tiempos de orden y de paz y otras son las necesarias en tiempos de emergencia o de guerra. ¿No es este acaso, el argumento de los superpoderes, emergencia económica y confiscaciones que el gobierno de delincuentes comunes le exige al congreso, como si fuesen la llave maestra que abre todas las puertas del éxito y la salvación?
Estamos pisando la raya de la represión espontánea y salvaje cuya responsabilidad será exclusiva de las autoridades y sus profetas. Se agotó el manso entretenimiento social de marchas, velas, trapitos blancos y globos negros, que aprendices de políticos motorizan en su beneficio. Hay demasiada sangre y familias destrozadas clamando al cielo por el elemental derecho de vivir, trabajar y que se respete su propiedad.
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