Como había previsto se comenzó perdiendo.
Se reunió la Mesa de Enlace y comunicó su decisión. Dos informantes con distintos mensajes, Biolcatti, claro y preciso comunico el inicio de una nueva protesta, las razones y la modalidad de la misma, Buzzi presento, de hecho, una “mesa ampliada” con movimientos sociales y desocupados, solo le faltaron sus socios del Partido Comunista Revolucionario, D’Elía, los bolivarianos, los indígenas y pueblos originarios para cerrar la payasada.
Enancó en el reclamo de los productores un proyecto político de nuevo país. Se veía venir mal, resultó mucho peor y no tiene arreglo, ni aún rompiendo la mentirosa unidad de la mesa de enlace.
El gobierno va ha destruir el campo y al país, dos razones supremas para ceder en cualquier otra, pero es cuestión de principios, nada justifica aliarse o apoyar a los enemigos de la Nación. Más vale solos que mal acompañados.
Puedo disentir políticamente con la orientación de algún dirigente sin ver por ello un enemigo y callarlo para no fomentar fricciones o sembrar dudas, pero no puedo dejar pasar que se utilice un legítimo reclamo, en momentos gravísimos, con fines políticos o ideológicos sectoriales, comprometiendo los resultados de una protesta de cuyos resultados frente a la soberbia de los gobernantes ya depende la existencia de la Nación y el mediano bienestar de su población.
Fue una sucia jugarreta, no es la primera, a sus colegas de las otras entidades y a los productores independientes. Tiene cientos de partidos políticos, movimientos y ONG para desfogar sus ímpetus revolucionarios, allí está su lugar.
Honestidad es dar la cara, y ser leal, solo los cobardes y tramposos se infiltran o se meten en las conferencias por la ventana.
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