No podía esperarse otra cosa que el absurdo, exactamente lo contrario de lo que debiera hacerse. Incluir a los responsables de los sistemas jubilatorios, estatal y privado, en un comité anticris, muestra la hilacha del propósito de saqueo.
Solitos y sin ayuda se colocaron el lazo en una demencial guerra con la única producción nacional que no necesita ayudas, protección o subsidios; aprietan el nudo y saltan al vacío o las circunstancias los bajan de un garrotazo.
Hay un solo camino, administrar correctamente los recursos genuinos del presupuesto, algo que no saben hacer, por eso lo están llevando a la larga en el congreso a la espera que los primeros golpes de la crisis, que no iba a llegar, justifique en la negra conciencia de los legisladores la prorroga de la emergencia económica y los superpoderes.
Deben eliminarse radicalmente todas las retenciones a la exportación sin distinción de grandes medianos o chicos, para duplicar la producción y poder salir al mundo a competir incluso bajando precios ante un mercado que restringirá compras por falta de financiación, asegurando un sólido remanente para el consumo interno, o se termina la mentira del populismo distributivo o se termina el país.
“Ganaras el Pan con el sudor de tu frente” No hubo amnistía para esta sentencia de por vida y hereditaria.
En un par de semanas murieron“el salto a la modernidad” con el tren bala; el club de Paris, y la financiación asegurada de la deuda del 2009, los tres bancos que ofrecieron el gran negocio del nuevo canje de bonos en default, Citi, Barclays y Deutsh, tambalean, lo sabían, la bipolar es nefasta, quema todo lo que toca y anuncia.
No se puede estar en el mundo y aislarse de sus violentos movimientos. Tampoco se puede estar en medio de una avalancha delirando y tejiendo redes electorales, para gobernar tierra arrasada, ni hacer desmanes y no pagar el costo político que se duplique el precio del transporte, la carne y la leche. Cuando no se produce riqueza o la distribución la concentran solo los amigos, cualquier cosa es cara para los bajos ingresos.
Una vieja duda acerca de quien es peor, que solo Sor Juana Inés de la Cruz expreso con tanta justeza:
¿O cual es más de culpar, aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga o el que paga por pecar?
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