Por lo general ante un problema a resolver hay tres resultados posible, no interesa cual sea la cuestión, se obtiene el resultado buscado, se fracasa en el intento o se agrava el problema que existía. Antes de decidir, anunciar y hacer es prudente representárselos.
Una sana costumbre que por lo general desconoce, la nueva camada de funcionarios, gestores y gobernantes en la ciudad, las provincias y la nación.
Una sana costumbre que por lo general desconoce, la nueva camada de funcionarios, gestores y gobernantes en la ciudad, las provincias y la nación.
Por tercera vez me refiero al colapso del tránsito urbano. Siendo múltiples las causas, no hay una solución que las resuelva todas, pero si hay un encadenamiento de medidas posibles, siempre y cuando se tenga el criterio para que no se anulen unas a otras. Como es el caso de desalentar la circulación por autopistas y congestionar calles y avenidas.
Rebaja en los peajes para los autos particulares con cuatro pasajeros, eliminación de la rebaja y aumento salvaje para todos en horarios pico. Carriles exclusivos. Eliminación de los parquímetros, por concesiones vencidas, reposición de los mismos y aumento del precio. Construcción de dársenas para el nuevo transporte urbano de colectivos. Cuando se implemente el sistema, serán destruidas.
Recuerdo unas palabras del jefe de gobierno el día de su asunción, “tengo la mística y la ética de hacer” es cierto hace, deshace y vuelve hacer otra cosa. En tanto las obras permanentes bloquean la circulación obligando a rutas alternativas vueltas y revueltas.
Pretender impedir el ingreso de autos en la ciudad sin poder garantizar un transporte público medianamente eficiente y decoroso es propio de ignorantes o de quien tiene escondido dentro de su cabeza un enano autócrata.
Comprendo que no es político decir “no se o no puedo” pero es preferible, que ir contra el bien común o la sana lógica. Hasta es posible que los automovilistas se cansen de tanto desorden y solitos busquen una alternativa a la “incomodidad” de usar sus propios autos. O comiencen a emigrar a otros pagos donde los respeten y tengan en cuenta. No le servirá para robar elecciones con promesas, pero al menos les hará un favor a los vecinos no complicándoles la vida más de lo que está, con su hacendosa mística.
No se trata de criticar exclusivamente la “gestión” del Ing. Macri, pero tiene la capacidad de ubicarse siempre en el primer lugar de la fila de los “hacedores improvisados” y en nuestro país es todo un mérito. Por otra parte el sayo les cae de medida a todos.
Se puede hacer el bien tomando la decisión correcta, y se lo puede hacer absteniéndose de causar daño. En un caso se puede poner la placa de bronce para la historia, en el otro la solución será anónima. ¿Para quien hacen? Para la gente o para el éxito personal.
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