Dicen los que saben que en el universo nada se pierde todo se transforma. Hay quienes apuestan y quienes viven de los apostadores. Las cabezas frías estaban listas para comprar a los que quebraron. En lo económico solo un cambio de mano de patrón, los esclavos, servidores y clientes siguen siendo los mismos. No hace diferencia que el amo ordene en griego, latín, fenicio o persa.
La caída del salvataje, decretada por los republicanos, aplaudida por el progresista Obama y el conservador Mc Caine, para “socializar” las perdidas y salvar a los especuladores que no tienen ideología ni bandera, ha sido a mi entender el único acto de sentido común que se ha visto, de haber prosperado al minuto siguiente estaban ideando cual era la próxima burbuja que iban a inflar.
En tanto en el mundo los “gurúes” esperan que se tranquilice todo, ignorando que las caídas siempre terminan tarde o temprano, en el piso o en el fondo del barranco. Unos caen porque estaban mal parados y otros por el efecto dominó.
Las consecuencias trascienden lo económico y financiero, arrastrarán posturas políticas e ideológicas sin sustento, porque “burbujas” y grandes mentiras hay muchas más que las hipotecarias y los “commodities”, es más estas pudieron crecer gracias a las otras.
Sin ir muy lejos acá se pinchan las mentiras del superávit y el blindaje, sostenidos con el saqueo de las retenciones a la producción agropecuaria. El aluvión de importaciones contra las que no habrá defensa posible solo puede ser amurallado por una fantástica exportación de la única producción que penosamente subsiste si la liberan de trabas, confiscaciones y venganzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario