Los grandes l'ex et le petit
Falta oxigeno, los movimientos se hacen lentos, se pierden lucidez y reflejos. Si bien la altura debiera dar mayor perspectiva al ampliar el campo visual de lo que hay debajo, el efecto es el contrario, estando por encima de las nubes o en ellas todo es confuso. En las últimas décadas se han sucedido las cumbres a un ritmo de vértigo dos, tres o más cada año. Todas confirmando lo dicho, irrealidad y confusión; con razón nuestros futbolistas afirman que en la altura la pelota no dobla y ahora los tenistas dicen que la pelota es más rápida. En un mes los dirigentes del mundo confirmaran que en la altura de las cumbres la pelota siempre va en dirección contraria.
El mundo se prepara para otra cumbre salvadora que quiere presidir un grande que se va, después que se haya designado su sucesor.
Entre una América sin representación y una Europa empequeñecida que no sabe quien es, será difícil acertar.
Sería ocioso preguntarse ¿quien les dio mandato para organizar el planeta?
Antes que una intervención salvadora, pinta como eutanasia.
No es para preocuparse, las cartas ya están en la mesa, como siempre el hilo se corta por lo más delgado, ese que lo sostiene a usted, a mí, a todos. El que este más arriba sufrirá el mayor porrazo.
Entre el capitalismo s.XXI de Sarkozy, el capitalismo democrático de Busch y los infaltables regalos de los magos de oriente, hay circo hasta fin de año.Pareciera que todo esto ya paso o es un dejà vu, pero le planteo una clásica duda con la que Aristóteles tenía a maltraer a sus jóvenes discípulos macedonios en Mieza: Alexandro, Ptolomeo y Seleuco, tres futuros grandes especialistas en poner por casi un milenio el mundo patas arriba: ¿Puede el mismo hombre cruzar dos veces el mismo río? Algunos razonan, que nadie es el mismo cuando llega a la otra orilla y el río, sea el lecho, la costa o el agua cambian constantemente a cada instante. Hay otros argumentos.
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