Expresión acuñada por los argentinos que viajaban alegremente al Brasil y Paraguay para abarrotarse de cualquier producto a precios de liquidación. No fue el escape a una crisis asfixiante, fue la fiesta del consumismo desaforado el mismo que desencadenó esta crisis, en el mundo.
Vuelve con un plus, ahorrarse el viaje, será con “delivery” incluido. O a la vuelta de su casa, Flores, Caballito, Belgrano, Palermo, Once, Retiro, Barracas. La Salada.
Brasil y el sudeste asiático no se van a quedar mirando como los golpea la recesión, van a vender por izquierda o derecha, será el primer cachetazo a la “economía blindada” caída de recaudación y de la industria de fantasía que siempre medró exclusivamente del favor oficial. Es una vieja historia, aduana liberada para los socios y amigos y miles de kilómetros de frontera para el más honorable de los delitos; el contrabando; que solo perjudica a los mayores enemigos, el estado y sus socios y beneficia a todos.
De la balanza comercial que se ocupen los entendidos porque producción nacional había una sola y la puso en la lona la pareja diabólica que dice gobernar a golpes de capricho e histeria.
Ni déme dos, tengo derecho o no me pueden prohibir, se murieron las mentiras y fantasías o se calza el yugo y cose el bolsillo o se muere. Así de simple.
Si colapsó el capitalismo, desapareció también su imagen, el socialismo, no pueden existir el uno sin el otro, son las dos caras de la misma moneda .En verdad murieron muchas fantásticas mentiras de izquierda o derecha, veremos que viene.
Causan gracias ciertas opiniones, acerca del gran socio y aliado argentino, el Brasil; un simple vecino, con el que la única relación posible es la del buen vecino, un mínimo respeto para tratar de convivir en paz, somos naturalmente competidores en lo político y económico, jamás socios ni aliados.
Dos políticas, dos resultados a la vista:
Argentina acumula reservas saqueando la producción para financiar las mentiras oficiales.
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