Liquidar el sistema de capitalización de las jubilaciones, después de haberlo destruido, transfiriendo “manu militari” aportantes y sus fondos al estado y obligando a las administradoras a comprar bonos defaulteados, responde al mismo procedimiento de las retenciones agropecuarias: hacer caja con la amoral argucia de redistribuir riqueza.
Hay la misma distancia entre el grupo de acopiadores y exportadores de granos y los productores, que entre los serviles bancos y grupos dueños de las administradoras y los aportantes al sistema, unos concentraron las ganancias otros perdieron todo el aporte de su vida de trabajo. Redistribución de riqueza le llaman a la transferencia de ingresos.
No puede sorprender, es un país ocupado con derecho de saqueo y el botín es para la canalla invasora.
Me mantengo en mi línea de opinión, cada día con mayor convicción, el verdadero enemigo no es el que saquea, ese hace lo único que sabe hacer, el verdadero responsable es el que camina por fuera del código penal atándoles las manos a todos con invocaciones a la democracia, el estado de derecho y estúpidos proyectos electorales. Los que temen que estalle el sistema no por convicciones de las que carecen, sino por que se les termina la beca de figuración de por vida y las migajas de poder por ser “los opositores” Los “ingenuos” que convocan al diálogo y el consenso, los que entretienen apelando a instituciones y magistrados serviles o se complacen porque hay un mensaje menos agresivo.
Terminó el tiempo de la política, insistir en ella es infame traición a la patria. Convalidar con la sola presencia, es en este punto sinónimo de complicidad. Tanto vale para políticos y legisladores como para dirigentes del comercio, los servicios, la industria o el campo.
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