DOS CARAS DE LA MISMA FALSA MONEDA
No vamos a caer en la ingenuidad de creer que fue montada en despechos oficiales, un estéril desierto intelectual. Allí al mejor estilo mafioso solo se piensa y comenta en voz alta lo que necesitan que otros hagan. Los canales que llevan el agua a los oídos indicados siempre están libres.
Sobran pensadores, sofistas y analistas, ansiosos de una nueva idea para instalar a cambio de parecer original o bien informado, con el rédito que ello incluye.
Desde distintas columnas y publicaciones, como fondo de un artículo o mechando el mensaje en cualquier comentario de actualidad, se repite la idea, nacida en un supuesto doble comando.
La presidente Cristina Fernández de Kirchner existe exclusivamente porque la pusieron, para representar un determinado papel, carece de antecedentes personales, lucidez, criterio y elemental equilibrio para caminar sola, es más evidencia severas dificultades en el manejo del idioma, que pretende disimular creando un “argot oficial”
Le pusieron un bozal y la escondieron durante la campaña, le soltaron la cadena en cuanto asumió, no fue indudablemente su decisión sino la del entrenador.
Cuando aparece una crisis inconveniente, uno se esconde por el “colon irritable”, otra tiene accesos de diarrea verbal. Sin robar cámara ni protagonismo cada uno en su papel, aseguran el éxito de la obra y la permanencia en cartel.
Tiene el mismo gabinete y los mismos funcionarios inútiles y delincuentes, que su antecesor. Todos los nombramientos salen de las turbias aguas de Puerto Madero.
La vieja historia del bueno y el malo. “Hay que aguantarse, tener paciencia y continuar dialogando, ganar tiempo, quizás cambie el equilibrio en el poder. Cristina es loca pero buena, cuando la dejen ser ella misma, sin presiones, hasta podrá ser casi normal”, es el mensaje que sin decirlo queda tácito. No es preciso que tenga todas las letras, basta que le quede dentro, como la borra de un añejo vino envenenado.
Sabían lo que venía y el desgaste, siempre tuvieron los verdaderos números, a la hora de proteger sus intereses no comen vidrio, recuérdese su verdadero perfil de trepadores usureros prestamistas. Se reservó el papel de contenedor y apoyo de una desequilibrada jaqueada por todos los malos que se prevalecen de su condición de mujer. El hombre fuerte, auténtico macho argentino, que no deja por ello de ser caballero y protector de cualquier pupila que trabaje para el. Un solo actor con dos caretas.
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