Están haciendo lo que prometieron, el cambio es profundizar lo mismo. Quien no lo entendió no puede alegar ahora su propia torpeza, ignorancia o ceguera.
Son los autores a través de cuatro años del desmantelamiento de la producción y su concentración en manos de socios y amigos. Hoy lo profundizan con cada propuesta.
Son los responsables de robos, asaltos, crímenes e impunidad. Hoy lo profundizan.
Son los responsables de destruir e ideologizar la educación, Hoy lo profundizan
Son los responsables del desmantelamiento de las fuerzas de seguridad. Hoy lo profundizan reemplazándolas por fuerzas irregulares de choque organizadas y financiadas por gobiernos extranjeros, para su exclusiva protección y beneficio.
Son los responsables del explosivo crecimiento del narcotráfico y la drogadicción. Hoy lo profundizan despenalizando el consumo.
Son los responsables de la pérdida del respeto en todos los órdenes de la vida. Hoy lo profundizan, mintiendo descaradamente, agrediendo e insultando desde el palco o el atril, abrazados a delincuentes comunes y terroristas asesinos.
Los que no quisieron ver ni entender, los que por omisión dejaron hacer o por conveniencia política legalizaron todo, que se hagan cargo y paguen por sus errores.
La gran mayoría de los argentinos estamos hartos de pagar fiestas y torpezas ajenas.
Nos dirán golpistas, una sutil manera de endilgarnos el sambenito de genocidas, los han hecho sinónimos. A falta de argumentos la descalificación es el sistema. Tanto abusan de ello que ya mueve a risa.
La Resistencia Civil o Legítima Defensa, despunta en el horizonte, tiene mil formas y colores, hay alguna que no se puede quebrar, ni contra ella valen las patotas oficiales, los funcionarios terroristas, llevar majadas a Plaza de Mayo, moquear en el palco, ni amenazas veladas.
Porque no apelan a la violencia ni exponen a los que la ejerzan a riesgos y represalias. Como nada es gratis, requiere una gran voluntad, convicción, decisión y constancia. No es explosiva ni de resultados inmediatos, funciona por el principio de las avalanchas, a cada instante suma y multiplica geométricamente sus efectos.
Quizás la propia avalancha que se han preparado, pegando con moco gigantescas mentiras en la ladera, no lo haga necesario, de todas formas no está demás un ejercicio de responsabilidad cívica.
“Paro del consumo”, se llama, restringiéndolo radicalmente en todo a lo absolutamente imprescindible y necesario dejando de lado “gustos, caprichitos, comodidades” Lo que cuesta vale, dicen de antiguo y es cierto.
Una oportunidad casi única para enseñar a los pequeños y jóvenes que son parte de una nación y tienen responsabilidades, que dejen de ser pasivos espectadores o victimas.
Por hoy le dejo madurar la idea, para que amontone todas las críticas y objeciones. Hay un tiempo para cada cosa, es prudente hacerse la idea. Expectativa armada le llamamos los médicos.
Me despido con la imagen: miles de granos de arena, sin importancia y hasta casi despreciables, sumados minuto a minuto hacen una playa que sirve de apoyo y refugio a una nave que naufraga.
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