ENCONTRARON UN ENEMIGO

EL ENEMIGO
El señor Capitán de Fragata Dn. Alfredo Ignacio Astiz

La libertad, la vida y el honor de las personas son solo moneda de cambio para los políticos y jueces de la Suprema Corte. El capitán Astiz, pudo haber cometido muchos errores en su vida pero si hubo uno que no cometió fue dejar de lado sus obligaciones de oficial de la Armada, más allá de las consecuencias que le acarreara para su integridad y su nombre. No es delito para un oficial de inteligencia infiltrarse y entregar a sus superiores a los terroristas subversivos que atentaban contra la nación, el delito hubiese sido no hacerlo.

Durante años invirtieron millones de pesos en la campaña para destruirlo y demonizarlo como el ángel de la muerte, sin poder acreditar una sola prueba de las acusaciones. Reducido a la indefensión al estar obligado al silencio por la ley de inteligencia, se le negó la posibilidad de levantarle la obligación.

Condenado por los asesinos terroristas a los que derrotó y por la cobardía de sus jefes, tiene el perfil adecuado para ser “el Enemigo” que amenaza la continuidad del gobierno de la justicia y los derechos humanos. Solo falta que descubran una conversación por el celular que Astiz no tiene con Cobos para cerrar el círculo y matar dos pájaros de un tiro.

¡¡¡URGENTE POR FAVOR, UN ENEMIGO!!! Que sea malísimo, forzudo, medianamente creíble y amenazante, para el pobre pueblo empobrecido, los chicos desnutridos y abandonados, los derechos humanos y las mujeres.

Hoy tienen su caso a mano para demostrar que están amenazados por una conjura criminal, pulverizar los restos de justicia independiente y reducir a los magistrados a la obediencia debida que amnistió al Capitán Astiz. Sin contar que contra derecho fue sacado de sus jueces naturales y procesado por leyes posteriores a los hechos. Allá en Europa estarán, rodeados por una multitud de desaparecidos e indemnizados, los payasos Baltasar Garzón y Sarkozy pensando en echarle el guante y “promocionarse haciéndole un favor a la humanidad”