Kirchner candidato a senador, casualmente anunciado o sugerido por el presidente provisional del senado, el obsecuente Pampuro.
Así comienzan las cosas, ¿recuerda? El próximo presidente será pingüino o pingüina. De frase suelta a idea instalada, reclamo popular y realidad, media un suspiro.
De momento es una más entre los miles de noticias y trascendidos, un par de horas después el ministro del interior la desmiente. Curiosa changa de funcionarios públicos trabajando de agentes de prensa de un don nadie. Quien por deformación profesional ha desarrollado el ojo clínico, vincula e integra síntomas y signos aislados en un cuadro patológico conocido, el proceder no es propio de los médicos, lo desarrollan policías, jueces, profesores, gente de campo y navegantes. El olfato.
Limpian el ropero de muertos comprometedores y blanquean dineros mal habidos. Falta asegurar el detalle seguro, la sucesión no electoral. Senador electo, presidente provisional del senado primero en la línea de sucesión y listo el paquete, solo queda por ponerle el moñito, de acuerdo a las circunstancias, renuncia forzada, juicio político o imprevisto accidente del vice.
Siempre hay un voluntarioso disponible que comprende lo que quiere el patrón sin que lo diga o haga un gesto.
Que se caen se caen, es inevitable, pero harán mucho ruido antes de reventarse en el fondo del precipicio.
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