diciembre 04, 2008

CRONICA DE LA MUERTE ESTUPIDA


Un gobierno de canallas, padres peligrosos, sociedad cainita y comunicadores cómplices. Son los tres vértices de enfoque de un mismo problema.

La abolición e impunidad penal, la inseguridad y la droga, que se estimulan desde el gobierno no benefician a nadie, siguen muriendo honestos ciudadanos y terminan muriendo los vándalos, existen porque forman parte de la parafernalia del respeto a los derechos humanos, con que lucran aquellos que tienen un soberano desprecio por las personas, sean honestas o delincuentes. Demasiado se ha escrito sobre ello para insistir.

Los padres peligrosos, la sociedad cainita y los comunicadores demagogos, son el centro de este artículo de opinión.

Con solo prohibir la actividad de noteros y entrevistas a delincuentes y victimas por radio y TV, limitando la información policial sobre delitos a la grafica se daría un paso formidable para limitar la contaminación y el contagio. Primer y necesario movimiento para controlar epidemias. Vacunas y antitóxicos es el otro, al final me ocupo.

Variante uno:
Un joven va a las dos de la mañana en moto con un amigo a una fiesta de fin de curso, desoyen o desacatan el alto de un control policial, huyen perseguidos hasta que chocan y son detenidos con el trato que se da en todas partes a un delincuente prófugo cuya peligrosidad se ignora.
Padres, familiares y compañeros dramatizan ante las cámaras la brutalidad policial, la inocencia y bondad de las víctimas.
Eludir un control policial y darse a la fuga convierte automáticamente al sospechoso en culpable ¿Se trató de menores imprudentes, intoxicados por una comunicación disolvente o hijos de padres peligrosos? Que diariamente son bombardeados por comentarios sobre la brutalidad policial.
No basta ser la mujer del Cesar, hay que parecerlo, se repite parafraseando a Cayo Julio, después que repudió a la suya por su imprudencia. Como no perdió valor es bueno recordarlo.

El periodismo al mismo tiempo que se llena la boca proclamando que todos son inocentes hasta que no se demuestre lo contrario, crucifica a la policía, a la ambulancia o a cualquiera por los dichos de un don nadie que sin identificarse se auto designa testigo privilegiado.

Hoy por hoy todos somos sospechosos hasta no demostrar lo contrario, nadie puede molestarse o sentirse agraviado por ello, otra cosa es el trato brutal a quien voluntariamente acata la autoridad y se somete.
Quien circula por una calle ignora que ocurrió diez minutos antes o en las inmediaciones y que su perfil coincide con el de un peligroso delincuente armado. Admito que en esta época no es una garantía entregarse mansamente a la policía, pero huir, es hacer real un riesgo en potencia.
No elegimos vivir en estos tiempos que muchos ¿ingenuamente? hacen todo lo posible para que existan.

Variante dos:
-Fue con un amigo a bailar, el no es de salir, no fuma, no toma, era muy sano, estudia y trabaja, Santiago era el hijo perfecto. Lo molieron a golpes y quedó muerto en la calle, no había policía y la ambulancia nunca llegó.

Se puede ser muy bueno y muy sano, una magnífica persona, muy joven con toda la vida por delante y cientos de proyectos, sin que todo ello sirva de garantía para meter la cabeza en la boca del león.

Calavera no chilla, era la respuesta en mis años jóvenes ante cualquier problema derivado de una actividad extracurricular. Recuerdo otra máxima: el derecho de piso siempre se paga. Punto en boca.
Los precios aumentaron lo que costaba unas trompadas, un labio partido o un ojo en compota, ahora es un fierrazo en la cabeza o una patada en el suelo que revienta el hígado o destroza la cara, otros lujos otros precios.

Nadie lleva en la solapa con luces de neón su curriculum certificado, de noche todos los gatos son pardos. Ser forastero desconocido, en todas partes es un plus en contra. La inocencia o la bondad no habilitan a caminar por un campo minado como si fuera el dormitorio de su casa.

Quien adhiere por pose progresista o moderna a cualquier mensaje contra la autoridad, esta sembrando en su casa vientos para cosechar tempestades.
La autoridad es incuestionable, los que la desempeñan sin tenerla son delincuentes usurpadores. ¡Cuidado con el mensaje! Una cosa es la institución y otra las personas. No se debe escupir al cielo.

Hay casos y casos, pero en todos está presente el olvido de estos pequeños detalles, que pueden ser la delgada línea entre la vida y una muerte estúpida.
Por favor no se limite a asentir y pensar es cierto, macháquelo hasta el cansancio en todas partes. Cada vez que escuche o vea un informativo o a un experto, refútelo en voz alta, como una vacuna o una dosis antitóxica aún cuando este solo, siempre hay un oído que escucha, quien calla otorga. Gracias.

La paternidad es un compromiso de por vida, todos los días se paga la cuota, no hay vacaciones.

1 comentario:

Marco Espinosa dijo...

Crónica de una muerte anunciada es una de las novelas más importantes y populares de Gabriel García Márquez, escritor colombiano que fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982. García Márquez es uno de los principales representantes del llamado ‘boom’ de la novela hispanoamericana. Precisamente, en Crónica, publicada en 1981, se pueden observar algunos de los rasgos que caracterizaron ese movimiento renovador en lo literario: el tratamiento novedoso del ámbito rural, algunos destellos de realismo mágico y, sobre todo, el uso de novedosas técnicas narrativas y de un estilo extraordinariamente versátil.

http://www.cib.espol.edu.ec/catalogo/AudioLibros/cronicaMuerteAnunciada.aspx