Coincidentemente con el blanqueo de capitales en el exterior y el inevitable colapso del gobierno, víctima de sus propias torpezas, reaparecen un jamaiquino nacionalizado argentino, Max Higgins, el de fantásticos emprendimientos inmobiliarios, cuando huyó de argentina dejando un tendal de estafados fue detenido en Dubai, haciendo experiencia y cerrando contactos, dónde un buen amigo pagó una millonaria fianza para dejarlo libre; es el promotor de un promocionado parque de diversiones Disney World en San Pedro.
Macri, simultáneamente envía a la legislatura la iniciativa de megatorres en tres terrenos de la ciudad, uno es la estación de servicios en Córdoba desde Alem a Madero y dos estacionamientos en Catalinas Norte con entrada por Madero 1100. Es previsor el hombre, ya tiene previstas la playas de estacionamiento subterráneas eso se llama “tener la vaca atada”, antes de comenzar tendrán todos los espacios ocupados.
Las megatorres con dinero lavado.
Falta presupuesto para lo elemental y parecen sobrar fondos frescos y bien lavados para emprendimientos faraónicos.
Al negocio de la efedrina, empiojado por los ordinarios porteños que se creen más vivos que todos, lo permutaron por una tintorería de dinero. Los mercaderes no corren riesgos innecesarios, ni dejan colgados a los buenos socios.
En tanto los analistas críticos se devanan los sesos demostrando que el “blanqueo y repatriación de capitales” será un fracaso, se creen tan lúcidos que tienen a los demás por idiotas, nunca estuvo en el proyecto que algún argentino trajese o declarase una moneda, en este país ya no hay giles ni en el campo. El proyecto es para que los argentinos truchos traigan los fondos de otros, no hay que declarar ni justificar su origen, una negociación delicada donde no hay lugar para mejicaneadas, ni distracciones. El objetivo es dejar bien atada la relación con los dueños del dinero sucio y la fuerza: narcos, traficantes de armas y las grandes mafias. Consolidar la permanencia a cualquier precio.
Tampoco es casual que reaparezcan todas juntas antiguas figuritas, el ministro de la convertibilidad, liberal de fantasía que vendió la antinomia estado-privados cuando los opuestos son monopolio y libre competencia; el ex-presidente contrabandista de armas, la causa inconclusa de la voladura del arsenal de Río Tercero, la familia Siria de los Yhoma y sus clientes traficantes de armas.
Para mi gusto personal, demasiadas coincidencias y casualidades inexplicables.
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