Desde la revolución de los jazmines en Túnez a los sangrientos enfrentamientos en Siria hay mucha confusión no obstante que la prensa internacional y la ONU parecen tenerla muy clara.
Entre los que vivimos solicitados por inminentes estallidos locales se hace difícil recordar historias y reconocer quien es quien, no pretendo saber quienes son los buenos y los malos, simplemente de dónde viene cada uno y hacia dónde va o ¿Por qué misteriosa razón pueblos adormecidos de pronto despiertan con furia salvaje?
Sin lugar a dudas no es todos contra todos, ni una reacción popular y democrática como cuenta la prensa, contra monarquías y emires despóticos en países mantenidos en un atraso cultural por estados teocráticos.
Que hay emires despóticos los hay y que lo de popular y democrático en tierras musulmanas de las tribus del desierto suena a moneda falsa, también.
Más parece reiteración de la antigua historieta exitosa del oscurantismo medieval, los abusivos señoríos feudales y las impías monarquías de derecho divino.
Aclaremos un punto, estoy muy lejos de pretender que aquellas monarquías fueron una maravillosa creación política; sino solo el reiterado error de confundir lo que es de Dios y lo que es del César.
La misma piedra con la que siempre tropiezan todos los constructores de su poder personal.
Los pequeños que lo asaltan por la fuerza de las armas, una traición o de un oportuno “braguetazo” siempre recurren a variadas divinidades para legitimarse, fuesen un Persa Rey de Reyes, un Faraón, un Reich alemán, un Capeto francés, la Comuna de Paris, el corso Napoleón o los estados modernos benditos por la santa democracia de la trinidad francesa, Libertad, Igualdad y Fraternidad que todo lo permiten y habilitan.
No niego la democracia, sino solo la perversión que se ha hecho del termino confundiendo lo que es solo una forma de gobierno con una religión cívica de estado. “Con ella se vive, se come, se educa y se cura”
Punto por punto y a cada uno lo suyo, la cultura y los conocimientos de un estado teocrático que irradió el Califato Omeya de Córdoba no la tuvo el Paris de la diosa Razón casi un milenio después. El único oscurantismo que conozco como sistema es el de la educación de la progresía socialista nivelando por lo bajo, con la fantasía de producir un nuevo ciudadano que no siente, no piensa ni razona, el mensaje oficial lo provee de todas las respuestas políticamente correctas.
Es decir aquí hay otras manos muy peludas haciendo zafarrancho bajo falsas banderas.
¿Quien gobierna y reprime en Siria?, el partido Bass o Baath, un engendro de socialistas radicales laicos por no decir agnósticos y ateos con nacionalistas pan árabes; como si le hablase de la revolución de los pueblos originarios latinoamericanos.
El partido de Saddam Hussein y el sueño inconcluso de Gamal Abdel Nasser con los pies apoyados en un ancestral Egipto sin faraones divinos.
Simplemente agrégueles a sus mortales enemigos los extremistas Ayatholas de Irán, educados y criados en Francia, que ya se habían sacado de encima al Saa Mohamed Reza Pahlevi, con la silenciosa bendición de los EEUU, y en el medio le quedan boyando las monarquías Hachemita de Jordania y la Saudita de Arabia; las facciones terroristas palestinas, el mosaico Libanés y los Israelíes tirando de todos los hilos para tejer su propia red de seguridad con expansión incluida al uso romano; que a fuerza de correr fronteras por razones de seguridad terminaron haciendo de una miserable aldea del Tiber el más grande imperio del mundo para finalmente desmoronarse como todos los gigantes con pies de barro. La materia prima es la misma: pueblos conservadores, agricultores adheridos a la tierra temerosos de los vecinos y ensoberbecidos por genealogías y mandatos divinos.
Norteamericanos, ingleses, franceses, rusos y chinos tienen un huevo en cada canasta.
Mi personal sugerencia es que lo mire; no es para ignorarlo y distraerse, preguntándose ¿por qué esto o aquello que no me cierra? Y no tome partido por muy clara, sensiblera y evidente que se la muestren. Acá no hay buenos todos oscilan entre malos y peores.
El monstruo que van a parir estos ruidosos montes del desierto ni me atrevo a imaginarlo.
Estoy tentado de sospechar que así como tuvimos tours de compras al Paraguay o al Brasil y hoy son de cabotaje a la Feria de la Salada, entre los países del cercano oriente deben circular tours revolucionarios populares y democráticos Me han llamado la atención manifestantes en cueros en Yemen, blanquitos y desteñidos, pero con impecable pelo negro en la cabeza, como recién llegados de Dinamarca o Suecia. ¿Serán los nuevos “cooperantes” llamados antiguamente mercenarios o militantes?
Presumo que la relación explosiva para comenzar una pueblada fanatizando multitudes y activistas o cooperantes debe ser de 10 a 1000; solo soy un autodidacta en gimnasia revolucionaria y guerrilla urbana, después los muertos y la calentura vindicativa suman y con media docena bastan para mantener el incendio.
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