En el país de los ogros y brujas o en los mercados persas donde todo se compra y se vende no hay lugar para las hadas madrinas. Se me ocurrió cuando veía el domingo a la noche la conferencia de prensa anunciando resultados de la llamada interna del peronismo Federal en la ex capital federal hoy C.A.B.A. todo se devalúa, con la exultante alegría de los Rodríguez Saa, de Ramón Puerta y el rictus mal disimulado de Duhalde.
No hay que ser demasiado malo, por eso entiendo y les concedo que alegría y distensión debieron ser producto de poder sentarse juntos teniendo un solo resultado y que la elección no haya terminado a los balazos según el tradicional ceremonial peronista.
El riesgo era grande y para exponerse hay que tener cojones bien puestos, es un deber recocerlo, son muy audaces.
El silencio es salud y no se lo debe quebrar con apresuradas opiniones, dejemos que solos demuestren que siguen cantando y creyendo en la marchita y que quienes van a competir con ellos son iguales o peores.
Al día siguiente toda la prensa sin excepciones habló de un ganador por escaso margen, siendo que fue un empate absoluto, 28 delegados para cada uno. Bien claro, sin lugar a interpretaciones: veintiocho punto cero por acá y por allá.
Ellos solos lo amasaron lo cocinaron y ahora se lo tienen que comer sin chistar. No valen excusas acerca de si todos los votantes eran propia tropa o les infiltraron un malón para hacer barro, fueron sus propias condiciones.El riesgo que fuesen pocos a votar y hacer un papelón mayúsculo era grande.
A los otros partidos que se dicen opositores se les atragantó el carozo que emitían las pantallas. Ahora habrá que ganarles a dos peronistas habrán pensado, los del gobierno y los federales, a toda máquina unos comenzaron a forzar alianzas y otros salieron a la caza de alguna pata peronista huérfana.
Con un poco de suerte, una pizca nada más, este año desaparecen juntos los peludos socialistas boina blanca y los productores de pobres, trepadores y resentidos.
El silencio oficial dice más que el ladrido de una jauría, ya lo vamos a ver y escuchar cuando terminen de descongelar a la peluda escondida en su cueva del Calafate, para que la negra realidad argentina no la incomode.
Esta no es mi guerra que se maten entre ellos y no quede ninguno.
El próximo domingo la elección será en casa, la podré orejear en vivo y en directo, desde ya presumo que no dará para otra risueña conferencia de prensa.
No puedo pensar que después de casi 70 años de arrasar con todo y provocar necesarios hechos políticos que tampoco fueron solución, llegó un hada madrina y con su varita convirtió a los sapos en príncipes valientes.
Solo 12 hs. después:
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