BICENTENARIO DEL PASADO u HORA O DEL FUTURO.
En mi convicción que es solo el Bicentario en que los ilustrados vecinos de BsAs destituyeran un Virrey que representaba a los borbones traidores de España, por otro gobierno que con sus mismas políticas autocráticas, monopólicas y afrancesadas, desencadenó el caos en las tierras del Plata; la metrópoli se trasladó de Madrid a BsAs. y abrió sucursales en Londres, Paris y Lisboa.
Es solo un hito en la cronología histórica que marca el comienzo de un largo y penoso camino a la independencia. Sembrado tanto de heroísmos como de criminales ejecuciones de relevantes prohombres. Una aceptada costumbre de la época, nada para escandalizarse ni jurar venganza, aunque los muertos hubiesen sido nuestros amigos.
El tiempo y el bien de todos está por sobre banderías y afectos personales. Precisa años entenderlo, no parece que doscientos hayan sido suficientes, porque de uno y otro lado periódicamente se reabrieron heridas y exacerbaron enfrentamientos.
Podrá gustar o no, pero es hora de terminar con históricas leyendas y pleitos de familia, de lo contrario los males que padecemos por este nuevo delirio de querer hacer un nuevo país, habrán sido de balde.
Es mi esperanza que más que una celebración del pasado, marque la hora 0 del futuro.
Concedamos que en aquellos días, cada uno hizo lo mejor de acuerdo a lo que creía, sin pensar en consecuencias y las mentiras y fantasías que le atribuirían los historiadores y políticos que siempre llevan agua para su molino.
Hay demasiadas pasiones y heridas reabiertas para juzgar con testimonios intencionados un pasado que no puede defenderse. Un manto de respeto, piedad y silencio es lo adecuado, sin olvidar causas y consecuencias de desastres, para no repetirlos.
Solo un Tedeum con las autoridades de la Nación en la Catedral, Banderas en los balcones y la comida en casa fue la celebración durante doscientos años.
Hoy han dividido la plaza, la historia, y a todos los argentinos.
No existe un Te Deum de todos dando gracias; autoridades ni banderas sin mamarrachar con caras y consignas, que las devalúan de símbolo nacional a trapo faccioso.
La división decretada desde el poder campea en actos y circos. Fue nuestra tradición que el 25 de Mayo y el 9 de julio se celebraban y para las diferencias había una tregua sagrada al menos por ese día.
Es otro país no es el mío. No puedo plegarme a la fiesta de invasores y usurpadores, sería traicionar a mi patria.
Para mi llegará y pasará como otro día cualquiera con el agregado de la vergüenza de ver convertido un día patrio en circo romano.
Madres y abuelas que representan el odio de la venganza o la negra Sosa, financista de subversivos, ante la Casa de Tucumán, ignorantes e insolentes aventureros con patente de historiadores en todos los medios del monopolio comunicacional del estado intoxicando con falsedades o sembrando dudas y sospechas sin asidero, para escribir una nueva historia oficial, son solo ejemplos.
Guardo luto por mi Nación, no estoy para festejos.
Solo me queda reverenciar en la intimidad el esfuerzo, la vida y esperanzas que nuestros mayores empeñaron por una ilusión que sin duda esperará una nueva generación para concretarla. No me avergüenza admitir que fuimos momentáneamente derrotados, jamás vencidos.
La historia tiene un reloj distinto que el biológico nuestro. Están la semilla y la tierra, solo falta el agua necesaria y la estación adecuada para que broten. Si está en el buen camino lo que viene va a llegar sin demagogos que se apropien de bienes y sacrificios ajenos para sus proyectos personales.
La independencia y la libertad la llevamos en la sangre que no se acaba por mucho que se derrame, se multiplica.
¡¡¡VIVA LA PATRIA!!!
Leopoldo Emilio Silva Ortiz
L.E. 4207748
lsilvaortiz@gmail.com
1 comentario:
De cuanto he leído esto es sencillamente único, mis felicitaciones y un fuerte abrazo.
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