BALTASAR GARZON & LA HONORABLE COMPAÑÍA Un sujeto exhibicionista que construyó una imagen mediática atropellando el derecho y la justicia. Dedicando sus días a juzgar muertos, perturbar su descanso desenterrándolos, solo para manosear y mezclar sus restos o firmar sentencias exculpando a quienes financian sus viajes; ser atendido diariamente por el coiffeur, maquilladoras y modistas, antes que lo sorprenda una cámara. Todo ante el silencio de los políticos y la justicia de España que hoy dice que lo juzga. Autocracia es la definición de la Real Academia de la lengua castellana cuando la voluntad de una sola persona es superior a la ley
Tuvo el tupé en argentina de visitar acompañado de terroristas (ETAS locales) ese mentidero que llaman Museo de la Memoria, que con impuestos de los vecinos de BsAs financia Macri, el jefe(¿) del gobierno de la ciudad.
Escuchó la sentencia que lo manda a juicio y el “varoncito” salió llorando, después de haber intentado escaparse por la tangente al tribunal de La Haya, una puerta que sus cómplices silenciosos mantienen entreabierta. ¿Qué no hará cuando lo condenen?
No se le puede soltar la mano a tan servil personaje, razones de economía procesal le llaman los abogados.
Si llegara a zafar del juicio escapándose a La Haya es una excelente noticia. Allí lo convoca nada menos que nuestro conocido Moreno Ocampo, otro exhibicionista de manito quebrada, perseguidor de dictadores que no se llamen Castro o Chávez. Que tiene empresas de investigación y consultoras que lo independizan de favores de los bancos.
Cambiar el paredón por el garrote vil no parece buen negocio. En fin su suerte está echada, eso si podrá pagarse un lujoso entierro, perfumado, maquillado, bien teñido y peinado para la última foto.
Será como tirar agua al mar, en cincuenta años otros lo desenterraran y repartirán sus huesos en tres cajas de zapatos una para el Museo Británico, otras para algún museo de la memoria o perdido panteón de los héroes; siempre y cuando el último lince ibérico no lo encuentre antes y se de una suculenta ultima cena.
La trinidad justiciera Strassera, Moreno Ocampo y Garzón.
Un magistrado beodo, un delincuente de guante Blanco y un autócrata coimero.
El apoyo que le faltaba Una arrabalera, un ladrón genocida (aniquila un pueblo por no pensar como el) y dos terroristas asesinos juzgados, condenados y amnistiados por sus cómplices. El embajador Bettini y el canciller Taiana
Bueno es recordar que esta siendo juzgado solo por uno de los varios cargos que tiene encima.
Bueno es recordar que esta siendo juzgado solo por uno de los varios cargos que tiene encima.
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