La noche del 25 y sus festejos y teniendo en borrador mental un artículo, la conciencia y la realidad me propinaron cientos de cachetazos.
Cada generación tiene su propia opinión acerca de actos y fiestas a la luz de su propia experiencia. Cientos de miles de personas en las calles, además de los que fueron a recitales, que no fueron arreadas no pueden ni deben ignorarse.
No fueron a adherir a un mal disimulado acto político encubierto en fiesta patria, era otra gente; salieron a gritar en silencio después de años de abstinencia; Viva mi patria. No se vivaba a fulano o a mengano sino a nuestro solar, el de nuestros mayores y el de nuestros hijos.
Necesariamente me faltaba un dato o por aferrarme a la memoria y lo conocido se me había escapado un detalle de la realidad.
El 26 me llegó de primera mano, traído de los propios actores.
¡Hambre! Un pueblo famélico con hambre feroz de Patria, de desfiles, de ser parte de una nación, del orgullo de ser argentinos. Se comió sin mirar todo lo que estaba en la mesa.
Poco importaba que se adueñen de fechas patrias o siembren veneno; que el gobierno coma en el chiquero y otros vayan a reinaugurar el teatro Colon como si fueran a la entrega de un “Oscar” o “Martín Fierro” Fue la transmisión más ordinaria de la que se tenga memoria. El desprecio para unos y otros es unánime.
Sentir vibrar los más nobles sentimientos más allá de los triunfos de una selección de fútbol era algo para más de dos generaciones casi desconocido.
Soy conciente que cientos no entenderán para donde van estas opiniones, porque no se les ha ocurrido pensar que el tiempo pasa, las generaciones se suceden y no todos hemos tenido las mismas experiencias. Bajarse voluntariamente del caballo cada tanto para echar un párrafo con el caminante no mata a nadie y evita que a la vuelta de la esquina la realidad de un sopapo lo desmonte.
Cientos descubrieron que había algo más que la droga, los boliches y recitales. Hay sacrificios, esfuerzos y un trabajo por hacer.
Una juventud sin ideales y desafíos está muerta antes de haber vivido. Un ideal no solo es cambiar todo o ponerlo patas arriba, también lo es restaurar o defender lo que ocultan o están destruyendo.
Este 25 de Mayo preñado de resentimiento, provocación y divisiones acabó demoliendo los mensajes de odio y mentiras, porque miles sintieron por primera vez dentro algo que les hizo vibrar desconocidas fibras dormidas.
El país no termina, comienza en la avenida General Paz, muchos lo ignoran y por eso no entienden. La Capital Federal que fue locomotora hoy apenas es furgón de cola.
Cuántas preguntas están dando vueltas sin respuesta, ¿Qué es popular o para todos sin esfuerzo? ¿Es eso bueno y por qué?
¿Una revolución o destituir autoridades ilegítimas que hacen daño a todos es tan malo? ¿Qué es lo que se estuvo festejando entonces?
Escuchar a los presuntos progresista tratando de explicar lo que ha ellos mismos sorprendió y llevar al mismo tiempo agua para su molino es un verdadero espectáculo.
El país no termina, comienza en la avenida General Paz, muchos lo ignoran y por eso no entienden. La Capital Federal que fue locomotora hoy apenas es furgón de cola.
Cuántas preguntas están dando vueltas sin respuesta, ¿Qué es popular o para todos sin esfuerzo? ¿Es eso bueno y por qué?
¿Una revolución o destituir autoridades ilegítimas que hacen daño a todos es tan malo? ¿Qué es lo que se estuvo festejando entonces?
Escuchar a los presuntos progresista tratando de explicar lo que ha ellos mismos sorprendió y llevar al mismo tiempo agua para su molino es un verdadero espectáculo.
Que el hombre propone y Dios dispone, me parece más cierto que nunca, hasta intuyo que es posible que el subtítulo del lunes se haga realidad: Festejo del pasado u hora 0 del futuro.
A veces cuando disparan torpes e improvisados los tiros salen por la culata y a veces al mejor cazador se le escapa la liebre.
Terminó la fiesta, hay que pagar la cuenta que es salada. Se murió la fantasía del exitoso canje y ya están embargadas por los ahorristas todas las cuentas del banco Nación en Nueva York.
No me parece que el horno esté para los mismos bollos mentirosos; no me parece ni les parece, por eso empastillaron al limite de la dosis tóxica a la orate, que pasó de un día para otro de maestra soberbia a boluda total. Dicho por supuesto con todo respeto de acuerdo a la Real Academia de la Lengua
boludo, da.
1-adj. Arg. y Ur. Dicho de una persona: Que tiene pocas luces o que obra como tal.
1 comentario:
Hola soy el anónimo de ayer, valió la pena la espera, no lo había visto desde ese ángulo y confieso mi desconcierto por la movilización de caracteristicas no vistas. Tiene razón hambrientos y famélicos se comieron hasta las espinas.
Mis felicitaciones por los últimos tres post.
Un abrazo
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