Su nombre es María del Carmen Alarcón. Es gata porque siempre cae parada y negra porque es evidente. Un producto del devaluado harén de Reutemann.
Ex-Diputada kirchnerista, no perejil precisamente, tenía lo suyo en potencia, por lo que fue designada presidenta de la Comisión de Agricultura y Ganadería hasta que listo el inicio del enfrentamiento con el campo le ordenaron que se opusiera, para poder echarla de la comisión que es el método tradicional de ponerle una cucarda de opositor al personaje y reciclarlo públicamente como intransigente dirigente opositor.
Era una necesidad en ese momento (2007) contar con un topo agropecuario. La Gata fue eyectada, estando su mandato casi vencido no perdió nada y ganó mucho; cayó parada y bien arropada como importante política defensora de las instituciones y firme opositora a la prepotencia oficial, para continuar con sus mandados.
En su provincia de Santa Fé rápidamente encontró conchabo en el gabinete de otro topo, Hermes Binner, con abono permanente a los shows mediáticos de la Orate presidencial en Olivos y Casa de Gobierno.
Casualmente aliado de Carrió y simpatía de Macri y Morales, presidente de la UCR. Que no son panqueques ni tortillas, mas bien omelette, se cocinan de un solo lado, solo hay que doblarlos.
Hoy asume como en la nueva secretaria de Integración Nacional o vaya a saber que, solucionar todo lo que no funciona es su cometido; cuya necesidad en épocas de reducir el gasto no se entiende, existiendo un ministerio de la producción con ministro, asesores, personal y despachos, cuyas funciones solo parecen ser poner la cara y decir cuanta incoherencia se pueda para aliviarle la tarea al jefe de gabinete.
El domingo, en uno de los programas políticos de esos periodistas-analistas que solo existen porque la dictadura les da letra para que parezcan que son críticos y opositores, propalando mensajes de tolerancia y diálogo; desnudó su personalidad profunda, que ya es mucho decir.
Preguntada su opinión sobre una carta de lectores publicada en la Nación, por una productora rural que manifestaba su desilusión con Alarcón por haber aceptado un cargo en el ejecutivo, manifestó: Le otorgo a la señora el derecho de sentirse desilusionada, no obstante estar equivocada. Pavada de soberbia, concede generosamente derechos de opinión.
De tal índole fue la entrevista-monólogo que Don Pedro Apaolaza, auténtico productor, vicepresidente de Confederaciones Rurales, a quién le tocó el siguiente turno me hizo doler a mi sus coronarias, ante el increíble esfuerzo que debió hacer para no estallar.
Los conductores fieles a su estilo, cuando un personaje oficial vomita toda clase de despropósitos: dejar hacer, dejar pasar, una posición pluralista le llama el conductor, el doctor NI, según lo tengo agendado, ni esto ni lo otro. La quintaesencia del dialoguista consensuador.
La gata no amerita una sola línea pero si desnudar el reiterado y exitoso procedimiento de la trampa que se utiliza para encumbrar y promocionar opositores y dirigentes “a medida”
Los traidores no lo son en el momento que consuman la voltereta, lo son desde el momento que ingresan a una lista o al círculo íntimo de presuntos referentes que se rigen por el principio de sumar cualquier cosa.
Por ustedes lo digo don Macri y doña Carrió que crían y distribuyen estos especimenes.
No se incluyen sus antecedentes legislativos y currículum porque las páginas correspondientes están en blanco.
Solo hemos encontrado la opinión de quien dice conocerla de pichona y en su defensa prende el ventilador, evidenciando que hay sucios a los que ya no les cabe otra mancha. Solo se rescata del artículo el necesario mérito progresista y democrático de ser de un origen muy humilde. Eso solo otorga un título de honestidad y capacidad, para desempeñar una secretaria que tiene por misión ordenar todo lo que no funciona. No se sorprenda estamos en tiempos de indígenas originarios, de la master de Tolosa, del usurero economista de Río Gallegos, del pobre multirracial y multicultural Obama. Las luciérnagas del mundo.
La Gata vista por un conocido
No se incluyen sus antecedentes legislativos y currículum porque las páginas correspondientes están en blanco.
Solo hemos encontrado la opinión de quien dice conocerla de pichona y en su defensa prende el ventilador, evidenciando que hay sucios a los que ya no les cabe otra mancha. Solo se rescata del artículo el necesario mérito progresista y democrático de ser de un origen muy humilde. Eso solo otorga un título de honestidad y capacidad, para desempeñar una secretaria que tiene por misión ordenar todo lo que no funciona. No se sorprenda estamos en tiempos de indígenas originarios, de la master de Tolosa, del usurero economista de Río Gallegos, del pobre multirracial y multicultural Obama. Las luciérnagas del mundo.
La Gata vista por un conocido
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