Foto: Silvana Moreno
Supongo que es una pregunta que muchos se están haciendo. Por lo que no está demás un aporte para resolverla.
La respuesta es simple y concreta, hoy a los dueños y al gobierno para la extorsión que es el Quid pro quo. A todos los demás para nada.
No confundir libertad de expresión con libertad de extorsión dijo la Orate, tanta es la torpeza que ni la presunta frase ingeniosa le salió bien, sin libertad de extorsión se queda sin lengua, que es lo único que le funciona sin tener que pensar.
Han cambiado los tiempos y las costumbres desde que comencé mi aprendizaje en la vida. Antes servían para muchas cosas, hoy hay que pensarlo dos veces antes de encontrarles utilidad.
Se usaban en la cocina, para no salpicar el piso, para pelar papas o raspar zanahorias y no tapar la pileta, para envolver huevos que se vendían sueltos o escurrir frituras, practiquísimos para empanar milanesas sin desparramar pan rallado.
Casi todas las actividades domésticas necesitaban una hoja de diario, desde hacerse plantillas para no congelarse los pies en invierno, extender sobre los pantalones para no sacarles brillo al planchar, rellenar zapatos y carteras, para que no se deformen o humedezcan Envolver pescados y verduras en la heladera. Recuerdo a las costureras hacer moldes con diarios. A los pintores cubrir el piso para no salpicar, usarlos de acolchado bajo las fuentes para no arruinar el lustre de los muebles. En las cuchas cuando alguna perra paría. Limpiar vidrios. Hasta Imprescindibles en las mudanzas.
De acuerdo a la capacidad económica de la familia podían ser forros de libros y cuadernos. O cuando faltaban frazadas extender a modo de aislante entre el colchón y el elástico.
En los comercios para envolver el pan, carne, bebidas o acolchar botellas para que no hagan ruido. La tilinguería moderna y las reglamentaciones pueden escandalizarse porque ignoran que la tinta de los diarios es un poderoso bactericida.
Recuerdo que La Nación, La Prensa y La Razón, todos los días no alcanzaban a veces para la demanda que los consumía.
Los mecánicos los usaban para limpiarse la grasa y no ensuciar trapos. Los albañiles para iniciar el fuego del asado.
En cuanto a su uso específico, lo importante era leer la información “completa” de los anticipos de la radio, las farmacias de turno, programas y horario de cines, noticias de deportes, necrológicas y sobre todo las tiras cómicas.
Los políticos hacían lo suyo, bien o mal pero no hablaban ni anunciaban. El espectáculo era como siempre un género menor y vulgar, podía interesar la obra, nunca las desventuras del artista.
¡La pucha que ha cambiado la vida en menos tiempo del que se tarda en vivirla!
Haciendo una pequeña cuenta, con razón todos los bolsillos están flacos. ¡Cómo rendían los centavitos de un diario! Sin contar que de el vivían los dueños del medio, periodistas y personal gráfico; el diariero, el repartidor y más adelante el que compraba diarios viejos.
Aumentar el consumo le llaman, al sacrosanto objetivo que expresa el bienestar económico de la sociedad, que en realidad es derroche y el derroche a sido siempre el camino de la pobreza. Índice de pobreza a futuro debiera llamarse, Se preocupan por no gastar el agua y no ven el bosque de un sistema económico de vida desquiciado.
Contrario sensu: Desplazados por el plástico contaminante que consumen todos los modernos ecologistas, no le han quedado a los diarios utilidades, ni siquiera las que son su razón de ser.
Pruebas al canto: lea y relea a ver si se entera que dice el texto del nuevo proyecto de medios de difusión, que tanto preocupa a la “prensa libre” y sus defensores.
Ningún diario trae información objetiva, aparte de los comentarios que puedan lícitamente hacer según su línea editorial. Puede que no exista el texto oficial del proyecto de ley, la improvisación es el sistema del ejecutivo y legislativo, pero al menos un “borrador” debe haber.
Solo encontrará un título y la versión del periodista o columnista. De información: cero al as.
Hemos pasado semanas leyendo como agonizaba en la selva de Colombia Ingrid Betancourt a quien el perverso Uribe se negaba a canjear liberando asesinos; como el humanitario Sarkozy mandó a su caballería aérea al rescate.
Para verla aparecer luego rozagante, vivita y coleando, con amante incluido, pavoneándose por el mundo para exhibir su calvario.
Como canonizan mediáticamente al democrático San Zelaya profanado y expulsado de su país por hondureños bananeros dictatoriales.
Como se distrae Berlusconi o como los Kirchner y Zapatero les dan de comer a los desnutridos jugadores de Fútbol y a la F1.
Como Bancos que están en el núcleo de la crisis financiera, compran otros como si fuesen pastillas, salvando a miles de trabajadores del despido.
Los buenos y los malos de siempre a criterio de los peores.
Índices de costo de vida, pobreza y consumo a los que llaman falsos pero religiosamente publican no obstante que a nadie le interesan, cada uno tiene el índice que no miente en el bolsillo, actualizado día a día.
Si hoy desaparece la prensa escrita ¿Qué se pierde? Nada, solo basura inservible que junta cucarachas.
Por otra parte ¿Quién compra diarios aparte de los dueños de un café para atraer clientes? Un diario para 100 lectores.
La ley del mercado siempre anticipa y es inflexible: no se vende lo que no sirve y nadie usa o no se da por el pito, más de lo que el pito vale.
¿A quién puede interesar la falsa opción de prensa libre o monopolio de prensa? Si hace años que la información y los mensajes de los que se nutre son fotocopia del pensamiento único progresista y sus dogmas.
Es personal e individualmente mío y de cada uno, el derecho a ser libre y verazmente informado y no del gobierno, ONG, sindicatos o grupos económicos el de expresar libremente las mentiras que mejor les convienen a sus intereses o cambiar desinformación por concesiones y negocios.
¿A quién puede interesar la falsa opción de prensa libre o monopolio de prensa? Si hace años que la información y los mensajes de los que se nutre son fotocopia del pensamiento único progresista y sus dogmas.
Es personal e individualmente mío y de cada uno, el derecho a ser libre y verazmente informado y no del gobierno, ONG, sindicatos o grupos económicos el de expresar libremente las mentiras que mejor les convienen a sus intereses o cambiar desinformación por concesiones y negocios.
5 comentarios:
Muy muy bueno y qué cierto que es, habiéndolo vivido, me cuesta creer como circulaba el minimo valor de un diario
Buenísimo, ahora me queda claro que es imposible distribuir riqueza en un mundo que descarta y derrocha
Me emocionó profundamente leer lo mismo que me contaba mi madre, ¿a acambio de que perdimos todo?
Te felicito
Magus
Muy gracioso, además de cierto!!
Pero hoy han sido reemplazados por internet, lo que no quita que debamos permitir que la pareja reinante siga llevándose todo puesto con total impunidad.
Al ultimo comentario. Dice bien, no se les debe permitir nada ni dialogar para comprar tiempo, tampoco, entrar como caballos a defender causas perdidas. No es una justificación del control de los medios que ya es un hecho la razón del artículo.
Agradecido por su comentario
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