agosto 22, 2009

LEONOR, GOBERNANTE IRREPETIBLE




El habitual paseo de fin de semana; esta vez por la tierra de occitanos, del Burdeos y el Roquefort; país de manjares y gentes con muy pocas pulgas cuando venían a mandarlos pero no vamos a comer ni a pelear, sino a recrear una vida tan llena de particularismos e independencia como la tierra que la vio nacer.

Madre hay una sola, políticas y gobernantes también
Entre tanta improvisada, Leonor de Aquitania* (1122-1204) es el nombre que confirma la regla: ni meretriz ni machona, mucho menos feminista liberada. Simplemente mujer con todas las virtudes y defectos que puede tener un hombre en el ejercicio de la política y el gobierno en los que desarrolló todos los atributos de su condición de mujer sin complejos ni remilgos.

Para sintetizar sus títulos baste decir: que por derecho propio fue: Duquesa de Aquitania, Poitou y condesa de Gascuña, por matrimonio: duquesa de Anjou y Normandía, Reina de Francia e Inglaterra; por propia decisión Cruzada a Tierra Santa.
Madre de diez hijos entre ellos Ricardo I Corazón de León y Juan sin tierra. Conservó en vida los territorios heredados sin expoliar a sus pueblos. Enfrento a todos los poderosos señores de su época Abades, Obispos, Reyes, duques y barones, Papas incluidos con tal de mantener la independencia y tradiciones de sus tierras.

No fue santa ni se lo propuso. Se limitó a ser hija, mujer, madre y humana en una época de energúmenos, para sobrevivir a todos sin perder un racimo de uvas ni una pizca de tierra.

La historia también se hizo para que la conozcan las señoras y los señores recuerden cuanto puede costar mezclar trabajo, política y gobierno con una sonrisa y polleras; ser actoras tiene otro precio, muy alto.

Antes de emitir un juicio sobre ella es necesario meterse en la época.

Ahora si, el libro tiene el relato, su imaginación las imágenes, sonidos y olores y la Aquitaine, Normandía, Anjou, Poitiers, Berry, Gascogne, Limousine, Perigord, Francia e Inglaterra son todas suyas.

Vale la pena, hay vidas que son ejemplo de lo malo o de lo bueno, la de Leonor es ejemplo porque no tiene ni tendrá, se rompió el molde, paralelas en la historia.


* Leonor de Aquitania: por Pamela Kaufman, Ediciones B, grupo Zeta, 2002

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