agosto 19, 2009

ANTEPONIENDO LAS FORMAS AL FONDO


Es el discurso unánime, salvar la ropa aún cuando el náufrago se ahogue.
El sistema parece ser lo fundamental, llámele democracia, instituciones o constitución; la existencia real de la nación es lo accesorio.

En el dilema de la oposición* Rosendo Fraga plantea: Pero si bien lo que ha sucedido no es tan sorprendente para una visión realista o escéptica sobre el curso de la política argentina en el corto plazo, cabe preguntarse por qué la oposición obtiene hoy menos votos que antes del 28 de junio en la Cámara de Diputados, para un tema tan relevante como es la prórroga de las facultades delegadas.

Su respuesta encuentra dos razones: la división de los opositores y el temor a quedar pegados a una posición destituyente. Los corren con la vaina y tiemblan ante una etiqueta.

En mi opinión, sin contradecir a Rosendo Fraga, hay una sola razón, porque divididos enfrentados y desconfiando unos de otros estuvieron siempre. Nunca representaron a nadie, ni antes ni después de junio; son producto del voto “contra” y son tan poca cosa incluso, para que alguno de las filas del gobierno salte la cerca y se arrime a ellos a la hora de votar.

Es absurdo pretender que se expongan a las represalias oficiales por pasarse al bando de los cobardes, que temen decir, hacer o parecer porque anteponen las formas al fondo o privilegian lo accesorio a lo fundamental.

Si es cierto que tan mal está todo y el enfermo se muere ¿a qué las dudas y los temores?
Ni golpe de estado ni golpe de palacio, es obligación y función exclusiva del ejecutivo administrar sus recursos y gastos y del parlamento aprobarlos y controlarlo.
Va de suyo que si el gobierno pierde gobernabilidad como consecuencia de sus desquicios es su responsabilidad; se “destituye” solo, pretender evitarlo es impunidad y garantizar que siga ocurriendo hasta que no haya marcha atrás posible es complicidad.

Si volvemos al castellano dejando eufemismos y neologismos de lado será muy fácil entendernos. Primer y necesario paso para buscar soluciones.

La urgencia no es justificar al ciego o al suicida, sino asistir al moribundo.

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