EXOCET O CORONA DE LAUREL

El senador Reutemann, se ha caracterizado por su baja exposición y los silencios, que pueden ser tanto virtud como defecto según las circunstancias.

Llamado a ser candidato a presidente, dio un paso al costado con el escueto argumento de “vi algo que no me gustó” Bien; medido y prudente, pero… los años siguientes permaneció colaborando con todos aquellos que estaban donde había visto cosas feas en el más absoluto silencio, hasta que el conflicto con el campo amenazó con quitarle su apoyo territorial, se quedaba y desaparecía o se apartaba y sobrevivía. Apartaba escribí, que no es irse, solo correrse. Así de sencillo

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Jugueteó con autoproclamarse candidato a presidente por un partido provincial, lo traiciona su propia senadora y la Esfinge se transforma bruscamente en un desaforado furioso. “Me dispararon un exocet para hundirme, Que se recontra metan la candidatura en el culo”. Un cambio demasiado brusco para no sospechar que es actuación.

La pregunta se impone ¿Quién le ofreció una candidatura y luego se la torpedeó?

Del otro lado los medios dependientes del gobierno que son todos, le dan amplia cobertura, alegando que Kirchner le teme y por eso quiere hundirlo.
Lo dicho días pasado, Kirchner es avaro, no gasta pólvora en chimangos, son incomibles los deja que mueran solos, por otra parte su modus operandi es otro, cuando ataca es para instalar un presunto opositor como El Enemigo, “el malo, al que le teme” y que bien sabe puede manejar a su antojo y aplastar cuando quiera. Lo hizo con Carrió, Macri, Narváez, radicales, socialistas, el multimedio falluto y la dirigencia Agropecuaria.No se cambia de método cuando funciona tan bien.

Cabe entonces preguntarse ¿El exocet es explosivo o lleva una corona de Laureles? Depende quien lo disparó o ¿Kirchner-Duhalde siguen siendo yunta? Hasta ahora que sepa nunca se hicieron daño.

El tiempo dará la respuesta o embarrará más la cuestión, el premio a la continuidad y permanencia o en su defecto una impunidad segura es muy grande para ahorrarse porquerías.