Por un lado dirigentes y conductores planifican al detalle el camino de la historia de acuerdo a sus teóricas construcciones, por otro el encadenamiento de los acontecimientos abre su propia huella y la transita. Es un hecho comprobado y comprobable en la historia de las civilizaciones, de las naciones y la vida particular de las personas.
Hay un antiguo escrito que consiguió superar la leyenda y entrar por la puerta grande de la historia, que pinta de cuerpo entero lo afirmado: La Anábasis de Jenofonte o la marcha de los diez mil.
Recién termino la historia novelada de: Valerio Mássimo Manfredi* que “casualmente” como regalo del día del padre, llegó a mis manos semanas atrás, en el momento preciso diría.
Magnífico escritor, historiador, lingüista, sólido helenista, y arqueólogo, al que me permito la libertad de definir como un escritor de campo. Aquel que estando formado e informado fue, vio, comprobó y escribió.
Salvando las distancias, la diferencia entre el método de Aristóteles y el de Platón. La contracara del investigador de biblioteca que deduce y teoriza sobre lo que otros dicen o el interpreta, avalados por presuntos documentos; porque presunto es todo documento fechado allá por el 400 AC, con o sin el aval del C14. Particularmente cuando se trata de hechos que tocan sensibles cuestiones políticas del siglo anterior y los venideros: Grecia y Persia; Atenas y Esparta.
Sabemos que entre otras paternidades registradas, los griegos tienen debilidad por su primogénita: la “operación de prensa” en formato de leyendas, literatura clásica y obras de teatro.
Estos dos caminos y el recuerdo de los diez mil, se actualizaron en mi memoria, traídos de la mano por nuestra encrucijada política, en que vuelven a enfrentarse los planificadores y especuladores iluminados por la diosa razón y el sentido común de los simples mortales con sus virtudes y vicios.
El clima, hambrunas, los tiempos, distancias, accidentes y enfermedades que son parte del arsenal de herramientas del Señor de la Historia.
Un hombre, un pueblo o un meteoro; el día y a la hora precisa en el lugar indicado, por una cuestión de celos, una palabra de más o un silencio hacen trizas en un segundo, años de planificaciones ajenas.
Vale la pena refrescar esta epopeya humana de la mano de Manfredi, por su capacidad de relator y sus conocimientos. El jugo que obtenga corre por cuenta del lector.
En el fondo, en la superficie y omnipresente la más antigua cuestión que enfrenta a la humanidad; la humildad de aceptar que y quienes somos, sometiéndonos por la fe al todopoderoso Creador o el hombre-dios que iluminado por su razón enfermiza en un cuerpo mortal pretendiendo dirigir la creación como si fuese su señor soberano.
* El Ejercito perdido, por Valerio Massimo Manfredi. Ed. Arnoldo Mondadori Editore S.p.a. Milán, 2008; Ed. Sudamericana S.A. Bs.As. 2008.
Un hombre, un pueblo o un meteoro; el día y a la hora precisa en el lugar indicado, por una cuestión de celos, una palabra de más o un silencio hacen trizas en un segundo, años de planificaciones ajenas.
Vale la pena refrescar esta epopeya humana de la mano de Manfredi, por su capacidad de relator y sus conocimientos. El jugo que obtenga corre por cuenta del lector.
En el fondo, en la superficie y omnipresente la más antigua cuestión que enfrenta a la humanidad; la humildad de aceptar que y quienes somos, sometiéndonos por la fe al todopoderoso Creador o el hombre-dios que iluminado por su razón enfermiza en un cuerpo mortal pretendiendo dirigir la creación como si fuese su señor soberano.
* El Ejercito perdido, por Valerio Massimo Manfredi. Ed. Arnoldo Mondadori Editore S.p.a. Milán, 2008; Ed. Sudamericana S.A. Bs.As. 2008.
V. M. Manfredi, Módena 1943, Licenciado en letras clásicas, especializado en Topografía del mundo antiguo, Arqueólogo, Profesor Universitario en la Católica de Milán, en la de Venecia,, en la Loyola de Chicago, en la Escuela Práctica de altos estudios de la Sorbona y en la Luiggi Bocconi de Milán.
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