HIP HIP HIP ¡ QUE SIGA LA JODA!Entre que nada ocurre porque si y que en boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso a las casuales presencias del Dr. La Muerte*, Gines González García; en todas partes acompañando a su pichón Mansur que lo ha superado en cinismo, hay mucho terreno para arar.
Paralelamente un manto de silencio cubre el tema. Ni la oposición ni la prensa que se proclama independiente han convocado la opinión de los infaltables juristas y constitucionalistas para explicar que es que cosa.
Una emergencia económica sancionada en el 2002, épocas del republicano Duhalde y prorrogada regularmente todos los años resulta ser una bolsa de alacranes.
Un combo que incluye la sanitaria y posiblemente la agropecuaria, pesquera, vial, ferroviaria, laboral y lo que se le ocurra. Su objeto fue dotar al ejecutivo de plenos poderes económicos. La legalización del latrocinio.
Que lo hayan olvidado, no obstante utilizarla todos los días el ejecutivo y el legislativo es natural después de los últimos papelones; que lo hayan olvidado legisladores de la oposición es explicable después de la vergonzosa sesión del senado para intentar sancionarla en tiempos del dengue.
Pero que nadie recurra a los archivos, o al Boletín oficial para aclarar de que se trata es demasiado. ¿La económica incluía la sanitaria o solo es una expresión de deseos?
¿Está vigente o no? ¿Qué hace tan feliz y sonriente el traficante de medicamentos falsos? Responsable de muchas muertes, exhibiéndose en todas partes. El que repartía anticonceptivos y abortivos como caramelos ¿Gentileza de los laboratorios o la emergencia nos pasó la cuenta a todos? Vino a saludar a su socio el turco falsificador de estadísticas y también traficante de medicamentos antivirales o puso tierra de por medio con la embajada en Chile, porque se le escapó alguna tortuga o dejó los dedos puestos en alguna porquería.
No soy periodista ni investigador artesanal para dar una respuesta.
Alguien la tiene, soy todo oídos.
*Recordando al Dr. La Muerte
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