No es un nuevo virus pero si una nueva peste, la que viene. Aparecen por ahora aislados los primeros infectados contagiando. Tiene características particulares, los daños y muertes no se producen entre los apestados, estos solo elaboran y diseminan toxinas que matan a la nación a la que han insensiblemente colonizado.
El terreno es propicio y esta abonado por la desilusión y el descreimiento que siembran los demagogos que estafan la fe pública en su beneficio.
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La imagen precisa es la del que se hunde en las arenas movedizas y se prende con todas sus fuerzas del único cabo que le tiran. Un dilema de hierro o me muero donde estoy o me mata el que me saca para robarme la ropa.
Reconózcame al menos que no se lo puede poner de una manera más negativa y catastrófica, hay otras versiones edulcoradas y con crema en toda la prensa, corrillos, el telediario y los programas políticos, usted es libre de elegir, simplemente le doy otra opinión.
Como se ha hecho moda entre pensadores, analistas e ideólogos salvadores, la fácil; esto no sirve hay que mezclar y dar de nuevo, eso de cambiar la baraja por otra que no tenga las cartas marcadas o echar de la mesa a los tahúres a nadie se le ocurre.
El presidencialismo fuerte es malo, mejor un sistemas parlamentarios, el que cambie de partido pierde la banca o el derecho de votar, aúlla Alfonsín. ¿No sería más honesto seleccionar mejor al personal en vez de meter en la lista a cualquiera porque canta bien o tiene éxito en los teatros en el deporte o la TV o a cualquier delincuente con frondoso prontuario para manejarlo a su antojo?
Lo de siempre si un idiota no sirve, pongamos varios. Sería políticamente indigesto suprimir el parlamento y reemplazarlo por un consejo supremo de los jefes de partidos, ONG y movimientos varios. Sus efectos son los mismos pero no resulta prolijo decirlo.
Hay que refundar la nación. El pueblo es torpe a la hora de elegir, es necesaria una minoría ilustrada que entienda este asunto de gobernar. Gente del nacionalismo popular, progresista con sensibilidad social. Basta de trepadores e improvisados. No se lo dice pero está implícito en todos los argumentos.
El viejo sueño de la Moncloa Argentina, ese tragicómico ensayo de los Pactos de Olivos, el de Menem-Alfonsin, que trajo la reforma constitucional, las reelecciones, el tercer senador, el consejo de la magistratura etc. el de Duhalde-Alfonsin autor del golpe de palacio a de la Rúa o el de Alfonsín-Menem-Duhalde que le hizo dar un paso al costado a Menem a cambio de impunidad y consagró a Kirchner presidente con el 20% de los votos. El que hoy motorizan los Kirchner en el nombre de Pacto del Bicentenario, acompañados por los sirvientes de siempre que hoy se consideran destinatarios de la mayoría del 28 de junio. La legitimación de los golpes de palacio.
Una especialidad de sofistas, demagogos e imbéciles intoxicados de pseudo democracia.
Hoy perfeccionada por francotiradores inspirados, federalismo, supresión de ministerios, traslado del ejecutivo, legislativo y judicial, como si el centralismo fuese un problema geográfico y no una perturbación mental de los funcionarios que creen ser los únicos que saben y reforma política exclusivamente limitada al voto electrónico y la boleta única.
Inclusive he llegado a leer quienes apelan a un cogobierno como corolario del diálogo convocado, a la civilizada manera de los países de Europa ¡Que bonita y sencilla la solución, como no lo había pensado!
El parlamentarismo da vueltas pero siempre saca la cabeza. Los tiranos no dialogan y mucho menos cogobiernan. En la tierra no se nada y en el agua no se camina señores; aprecio el aporte pero hay que saber donde se esta parado antes de dar el primer paso.
Somos federales declaman los unitarios de provincia, resucitando viejos remedios de polvo de momia, la capital a Viedma o a Rosario. Sin haber entendido si somos provincias unidas o mirando espejitos de colores se encandilan con esos Estados Unidos, a los que maldicen 25 horas por día. Unitarios en lo fundamental y federales en la pavada o un estado de autonomías al modo de los delirantes de España.
Decían en el campo que vaca que cambia de querencia se atrasa en la paricion, a nuestros dirigentes le ocurre la inversa, cambian de provincia como de camiseta para sumar votos, paren y se multiplican aceleradamente, ni siquiera pagan el derecho de piso.
Aquel antiguo dicho español que la antigüedad es un grado se ha cambiado, los novatos son los que se agregan una tira. Pero de esto y listas sabanas, nadie habla. Ya paso el siglo XX, ahora el fraude se hace antes durante y después.
¿Es ingenuidad o mala leche pedirles o esperar que los delincuentes se condenen solos a prisión e inhabilitación perpetua?
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