Del vestido dominguero para la fiesta del barrio rural, al Shoping de la ciudad moderna y culturosa. Esto si que es progresismo.
Al decir trabajador incluyo tanto al asalariado como al propietario, ambos trabajan.
Hay tres lecturas de la situación actual que afecta a empleados rurales y pequeños productores.
Unos ponen el acento en lo social: el desempleo y punto, (otro cliente-mantenido para la canasta); otros en lo económico: el abandono de explotaciones, cierre de tambos o liquidación de rodeos, es menor producción, aumento de precios y perdida de mercados de exportación. Solo una cifra en el PBI, la balanza comercial, los ingresos fiscales o un buen argumento para discutir tipos de cambio, cuando hay que importar lo que antes se producía en casa.
De una forma u otra ambas son parcialmente ciertas y representan solo una mirada liviana o interesada sobre la cuestión.
Hay una tercer lectura: la migración interna y el desarraigo; de la vida sencilla y esforzada de la campaña, la cultura del trabajo y el esfuerzo, a los grandes centros urbanos en busca de una changa y sobrevivir bajo un techo. Pastito tierno para narcotraficantes, pandilleros y políticos a la caza de clientes. Son los que aportan inteligencia y logística para ocupar propiedades ajenas con la bandera de: ¡Un techo para los marginados! Consíganles si pueden un pasaje de regreso y trabajo en pueblos fantasmas.
Es la más seria y profunda porque de ella no se vuelve. Las otras podrán paliarse o disimularse con subsidios, comedores comunitarios, cirujeo, colgarse del alumbrado público, del cable de TV o tipos de cambio.
Rota la familia como núcleo de la sociedad, el arraigo al rancho, a la tierra, poco importa si propia o del patrón; en el peor de los casos es un convenio privado, me das y te doy. Vecindario, conocidos y pariente; del tener un apellido, un padre, una madre, tíos y abuelos que todos conocen y ser de aquí, de allá o de alguna parte a ser un anónimo, sin historia ni referencias, un sobrenombre, un número en la estadística o en el prontuario, hay un abismo del que no hay retorno. Subir puede costar un par de generaciones, caer, se cae como tejo en un instante, una vez que se rompe la red. De un solo renuncio se pierde la dignidad y se entra en el abandono, es humano. En adelante la necesidad siempre tiene cara de hereje.
Reemplazar el esfuerzo que ennoblece por sentarse a esperar que le traigan lo que necesita o quitárselo al que lo tiene. Los críos sin padres ni historia solo aprenden la ley de la selva. O se mata o se muere.
Ocupas, y villeros a la fuerza. Ni siquiera nómades; estos se mueven en bloque, parientes, familia la tribu entera, conservando usos y costumbres los lazos y el orden social de siempre.
Esto es genocidio a la legua, ¿Conoce al responsable y a los que los sostienen? ¡Ojito! porque entre ellos están los que por acción u omisión apoyan a unos y otros, inclusive con el voto inteligente que bautiza nuevos monstruos. No se puede desfinanciar al estado, hay que asistir a los pobres y marginados, pontifican progresistas revolucionarios, medulosos economistas y circunspectos señorones; todos rendirán cuentas tarde o temprano.
La cadena de la corrupción es larga y todos sus eslabones son necesarios, sino se corta.
Si tiene alguna duda explíqueme porque se multiplican como hongos villas y asentamientos. No nacen de un repollo, es la migración hormiga desde los cuatro puntos cardinales a las luces y esperanza de las grandes ciudades.
Una vez que ocurre ¿Quien le pone el cascabel al gato y desarma el problema? El tiempo nunca cura, complica.
El desarraigado termina en pibe chorro, asesino y descerebrado drogadito, Un enemigo de la sociedad al que hay que suprimir por las buenas o las malas. Mientras los responsables llegan a gobernadores, ministros, diputados y senadores, dan conferencias o se candidatean a presidentes como los nuevos políticos.
Podrá raspar y ser duro, pero en esta página no se toma el vino con hielo y soda.
Estos son los ricos y prósperos de lo que se decía que antes que entren en el reino de los cielos, pasará un camello por el ojo de una cerradura. Todo llega, no ha vuelto ninguno para desmentirlo.
La riqueza y la abundancia son un don de Dios y una prueba de fuego para saber administrarla, derechos y obligaciones; no es un pecado social, Los mensajes hay que leerlos tal como fueron escritos sin cambiar el eje para satisfacer el populismo demagógico.
Hace dos mil años que resuena el Anatema:
HIPÓCRITAS, FARISEOS,
RAZA DE VIBORAS
SEPULCROS BLANQUEADOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario