El artículo publicado ayer por la mañana, requiere un complemento por el fallecimiento del ex-Presidente de la Nación Dr. Raúl Ricardo Alfonsín. Que Dios guarde su alma y le de el merecido descanso. Como todo hombre público tuvo aciertos y errores, en tanto estuvo con vida fue el tiempo de señalar unos y otros, entró en otra dimensión, los que quedan lo endiosarán, interpretarán o demonizarán.
El sentido del artículo publicado sobre fraude adquiere hoy toda su relevancia. No se puede mirar el pasado con un solo ojo, se pierde la sensación de profundidad.
En 1890, se produce la Revolución del Parque, un movimiento cívico militar, punto de partida de la Unión Cívica Radical. Que se repite en 1905. Revoluciones en nada diferente a la del 55 o la del 76, en cuanto fueron dirigidas a desplazar gobiernos ilegítimos que se perpetuaban.
Un país acerrojado por regímenes que no permitían salida a través del fraude y la violencia.
Los tramposos de siempre hoy bendicen al 1º presidente y padre de la democracia y condenan las malditas revoluciones y golpes de estado, son las consignas en boca de la hipocresía Nacional.
Los grandes gobernantes o administradores son aquellos de los que nadie se acuerda porque hicieron lo justo; ser honesto, correcto y eficiente no es un mérito es una obligación, lo normal.
Mientras sigamos entrampados en la mentira y en el discurso de los que no dan la cara toda salida será para peor.
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