Un clásico argentino de todas las épocas, hoy le parece novedad a los medios y hasta obliga a salir de la cueva al Master Boy de economía con la solución en la mano, un número de teléfono gratuito para quejarse y denunciar a los bancos.
Hasta dónde llega mi memoria, siempre hubo escasez o falta de monedas, o porque a las menores se las comía la inflación antes que comenzaran a circular o porque no nos gustan, las monedas son para el chanchito de los chicos o para ir dejándolas sobre cualquier parte, rompen y deforman los bolsillos, molestan.
Para el vuelto están los caramelos o las aspirinas, cuando se comienza a reclamar el efectivo es un signo seguro que han caído los ingresos a niveles de alarma y se comienzan a juntar monedas para el pasaje, o el café. Cuando a todos los chanchitos les llega su San Martín.
La cuestión entonces no pasa por la cantidad de monedas, sino por la caída de los recursos y el aumento de costo de la vida. Eso no se arregla con quejarse por teléfono, señor ministro de Economía. Sus índices de precios, consumo y pobreza dirán una cosa, la escasez de monedas dice la verdad. Los cobres fueron siempre el oro de los pobres.
Hasta dónde llega mi memoria, siempre hubo escasez o falta de monedas, o porque a las menores se las comía la inflación antes que comenzaran a circular o porque no nos gustan, las monedas son para el chanchito de los chicos o para ir dejándolas sobre cualquier parte, rompen y deforman los bolsillos, molestan.
Para el vuelto están los caramelos o las aspirinas, cuando se comienza a reclamar el efectivo es un signo seguro que han caído los ingresos a niveles de alarma y se comienzan a juntar monedas para el pasaje, o el café. Cuando a todos los chanchitos les llega su San Martín.
La cuestión entonces no pasa por la cantidad de monedas, sino por la caída de los recursos y el aumento de costo de la vida. Eso no se arregla con quejarse por teléfono, señor ministro de Economía. Sus índices de precios, consumo y pobreza dirán una cosa, la escasez de monedas dice la verdad. Los cobres fueron siempre el oro de los pobres.
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