octubre 20, 2006

Misiones

Asistimos a la avanzadilla del juego político más sucio que se haya conocido.
Una convocatoria a modificar un artículo de la Constitución Provincial de Misiones para permitir la reelección indefinida del gobernador, en realidad un calco de lo que ya se hizo en medio de un sepulcral silencio en varias provincias y desató la más confusa de las polémicas.
El abierto apoyo del gobierno Nacional a la iniciativa sacó la cuestión de madre y lo que era un problema local, se transformó en una cuestión Nacional, casi con jerarquía de “minitest” electoral de las elecciones generales del próximo año.
De la carencia de límites y principios del gobierno ni vale la pena hablar, asombra la actitud de quienes dicen oponerse a la tiranía hegemónica.
En esta jugada han apostado mucho más de lo prudente y razonable, por mirar el árbol no han visto el bosque.
El frente por la dignidad y sus mediáticos impulsores forman una pléyade de personajes variopintos como no recuerdo se hayan podido rejuntar en el pasado.
Gente seria, bien intencionada pero de una peligrosísima ingenuidad, los analistas que viven en una burbuja con microclima acondicionado, más peligrosos que los otros por el alcance de sus dichos. Religiosos de toda clase y jerarquía, organizaciones sociales y estudiantiles, más o menos descaradamente revolucionarias y subversivas, Premios Nóbel de la Paz que operan a control remoto.
¿Cómo es posible reunir semejante zoológico en un país donde se reúnen dos y hay tres opiniones?
Es el resonante triunfo de la “praxis marxista” con el valor agregado de ser encabezado por un obispo católico, sacerdotes y religiosas.
Un seductor objetivo que suma voluntades para alcanzarlo y se constituye un frente, que sólo es posible por el “consenso” de dejar fuera esos molestos principios y convicciones que generan divisiones, la cuestión es sumar, no importa que sean ángeles, diablos, víboras, hienas o alimañas, el número y el ruido es lo que importan.
Nacionalizada la cuestión, el gran objetivo multiplica la seducción. Ya no es el pequeño gobernador, se puede iniciar un efecto dominó que se lleve a la tiranía, y ahí se prenden todos del proyecto, no es político decirlo pero está claramente entre líneas todos los saben y lo quieren. Es más corre como agua el argumento “contrario sensu”: ¡Si llegan a ganar quien los para!
Alegre y entusiasmada allá va la manada derecho al precipicio, en el mismo instante que se escrute el último voto que le de el triunfo al frente, este se hace migajas hasta el último grano de arena. Unidos en un objetivo, una vez alcanzado, carece de razón de ser. Cada uno saldrá rápidamente a buscar el bolsito de principios y convicciones que dejó en la puerta. Si pierden el cachetazo del poder se escuchará en toda América.
¿Qué opinarán los ilustrados analistas que se babean contemplando “un renacer Republicano” mientras ceden espacio, cámara y micrófono incluido, a delincuentes comunes? Es la hora de la verdad, delincuente es quien viola la ley, se llame como se llame y este del lado que esté.
No hace una semana en la provincia del Chaco se apeló una condena judicial porque no se puede aplicar a los indígenas originarios la “justicia de los blancos”. ¿Como era esa cuestión pendiente, de los derechos indígenas, Hna. y candidata Marta Helguera?
Quisiera ver dónde se escoden los caballeritos de la “dignidad” cuando estos argumentos tengan jerarquía constitucional. El renacer republicano será el comienzo de la definitiva disolución nacional.
Si este es el espectáculo de una provincia marginal y excéntrica, dedúzcase que cabe esperar en las elecciones nacionales. Esto es Argentina y vale para toda Hispanoamérica.

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