La pelea por un asiento transitorio en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pone sobre el tapete las grandes mentiras de la política internacional. en nada diferentes de las que los miembros del organismo practican de fronteras hacia dentro.
En esto no veo diferencias entre el primer mundo y los llamados emergentes o subdesarrollados.
La diferencia quizás sea en los métodos; unos civilizados, suavecitos sin dolor y con mucha vaselina, otros a lo bestia, a la que te criaste. El resultado es el mismo, te violo porque me gusta y me place.
El esfuerzo diplomático y el costo efectivo de unos y otros en la pelea, no debe tener muchos antecedentes.
¿Cual es la disputa? Créase o no, a mi entender: los próximos titulares de la prensa; EEUU decidido a bloquear el acceso de Chávez, y el dictador que empeñó los recursos de los venezolanos en su campaña, para satisfacer su megalomanía y ser en los próximos años el romántico David humillando en todas las votaciones al gigante Goliat.
Ambas posturas exclusivamente mediáticas y carentes de sentido práctico. La pelea es por los titulares frente a cualquier conflicto y la pose ante la “opinión pública”.
El Concilio de la religión democrática (ONU), tiene en su Consejo de Seguridad, miembros permanentes, de por vida, que nunca fueron “electos” simplemente se sentaron. No están sometidos a juicio ni crítica y gozan del privilegio de “derecho a veto” por lo que en el cuerpo colegiado de las naciones democráticas, algunos gozan de los privilegios legales, auto concedidos de los mayores absolutismos.
Los modernos demócratas saben bien que el sistema es inviable a la hora de ser razonables, lógicos y poner orden. No se lo puede decir, pero se implementan todas las salvaguardas para neutralizar esa democracia mayoritaria que imponen a cañonazos en todo el mundo, violando la libre elección de pueblos a los que llaman soberanos.
Sea cual sea el resultado final Chávez resultó derrotado, no me atrevo a sostener que ganó EEUU y los venezolanos ven evaporarse sus recursos energéticos y sus reservas, la derrota es en toda la línea, en el mundo y en Latinoamérica, por lo que no resulta aventurado pensar que de cara a las elecciones del 3 de Diciembre, tendrá que recomponer su figura, que viene muy golpeada sin prisa y sin pausa: Colombia, Perú, Méjico, Brasil y Ecuador. Redoblará la apuesta, como hacen todos los jugadores cuando la “mano viene cambiada” lo aprietan los tiempos y la soberbia.
Que Chávez no se baja de su pretensión es un hecho, Guatemala, con todo respeto, es solo un nombre por lo tanto descartable. El ambicionado asiento ni le da ni le quita, si este es el planteo, parece evidente que falta una jugada y a los EEUU le toca tirar los dados. Ambos contendientes son capaces de desestabilizar un continente con tal de salirse con la suya.
Norteamérica razonablemente molesta con los insultos y agresiones de un energúmeno que come de su mano. Chávez lloriqueando victimizado por el Imperio del Norte, si hay algo que el “Imperio Bolivariano” no tolera es la existencia de otro, los imperios son absolutos y excluyentes.
Bush, a las puertas de la pérdida de la mayoría en ambas cámaras por una anunciada catastrófica derrota electoral, suma elementos al empiojado ambiente, y le resta tiempo para soluciones razonables.
Otra vez el manejo de los tiempos, materia pendiente de políticos y gobernantes que viven en la burbuja de su quinta y solo consultan el reloj de su soberbia y ambiciones.
Respetemos la idea, tiempo al tiempo. Ni el mundo ni las naciones responden a los alquimistas de laboratorio, tampoco es posible sacar conclusiones de lo que no ha ocurrido.
En esto no veo diferencias entre el primer mundo y los llamados emergentes o subdesarrollados.
La diferencia quizás sea en los métodos; unos civilizados, suavecitos sin dolor y con mucha vaselina, otros a lo bestia, a la que te criaste. El resultado es el mismo, te violo porque me gusta y me place.
El esfuerzo diplomático y el costo efectivo de unos y otros en la pelea, no debe tener muchos antecedentes.
¿Cual es la disputa? Créase o no, a mi entender: los próximos titulares de la prensa; EEUU decidido a bloquear el acceso de Chávez, y el dictador que empeñó los recursos de los venezolanos en su campaña, para satisfacer su megalomanía y ser en los próximos años el romántico David humillando en todas las votaciones al gigante Goliat.
Ambas posturas exclusivamente mediáticas y carentes de sentido práctico. La pelea es por los titulares frente a cualquier conflicto y la pose ante la “opinión pública”.
El Concilio de la religión democrática (ONU), tiene en su Consejo de Seguridad, miembros permanentes, de por vida, que nunca fueron “electos” simplemente se sentaron. No están sometidos a juicio ni crítica y gozan del privilegio de “derecho a veto” por lo que en el cuerpo colegiado de las naciones democráticas, algunos gozan de los privilegios legales, auto concedidos de los mayores absolutismos.
Los modernos demócratas saben bien que el sistema es inviable a la hora de ser razonables, lógicos y poner orden. No se lo puede decir, pero se implementan todas las salvaguardas para neutralizar esa democracia mayoritaria que imponen a cañonazos en todo el mundo, violando la libre elección de pueblos a los que llaman soberanos.
Sea cual sea el resultado final Chávez resultó derrotado, no me atrevo a sostener que ganó EEUU y los venezolanos ven evaporarse sus recursos energéticos y sus reservas, la derrota es en toda la línea, en el mundo y en Latinoamérica, por lo que no resulta aventurado pensar que de cara a las elecciones del 3 de Diciembre, tendrá que recomponer su figura, que viene muy golpeada sin prisa y sin pausa: Colombia, Perú, Méjico, Brasil y Ecuador. Redoblará la apuesta, como hacen todos los jugadores cuando la “mano viene cambiada” lo aprietan los tiempos y la soberbia.
Que Chávez no se baja de su pretensión es un hecho, Guatemala, con todo respeto, es solo un nombre por lo tanto descartable. El ambicionado asiento ni le da ni le quita, si este es el planteo, parece evidente que falta una jugada y a los EEUU le toca tirar los dados. Ambos contendientes son capaces de desestabilizar un continente con tal de salirse con la suya.
Norteamérica razonablemente molesta con los insultos y agresiones de un energúmeno que come de su mano. Chávez lloriqueando victimizado por el Imperio del Norte, si hay algo que el “Imperio Bolivariano” no tolera es la existencia de otro, los imperios son absolutos y excluyentes.
Bush, a las puertas de la pérdida de la mayoría en ambas cámaras por una anunciada catastrófica derrota electoral, suma elementos al empiojado ambiente, y le resta tiempo para soluciones razonables.
Otra vez el manejo de los tiempos, materia pendiente de políticos y gobernantes que viven en la burbuja de su quinta y solo consultan el reloj de su soberbia y ambiciones.
Respetemos la idea, tiempo al tiempo. Ni el mundo ni las naciones responden a los alquimistas de laboratorio, tampoco es posible sacar conclusiones de lo que no ha ocurrido.
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