octubre 05, 2006

Crimen organizado

Si un gobierno de la mano de su Ministro de Salud Pública y legisladores, opera por todos los medios para controlar y reducir la natalidad de una nación despoblada y por otro tolera que el masivo incremento del narcotráfico; la cocaína y sus residuos industriales (paco, pasta base) se difundan libremente entre los más jóvenes y con menos recursos, ¿Cuál es elemento que falta para tipificar una asociación ilícita con el criminal propósito de destruir la población?
Dejemos de lado la calificación de genocidio, que en este momento más que mover los sentimientos de justicia, en Argentina da risa.
Periódicamente las fuerzas de seguridad descubren partidas de drogas prohibidas; forma parte de las reglas de juego. Titulares y amplia cobertura fotográfica del material secuestrado, con abundantes detalles irrelevantes que ocultan el hecho que toneladas de substancias prohibidas han recorrido libremente el territorio desde el norte al Río de la Plata sin una observación o una multa.
Es una estimación de quienes tienen conocimiento de este negocio, que en todo el mundo se calcula entre un 10 y 20% del tráfico real el volumen de lo secuestrado. Los detenidos nunca pasan de uno o dos perejiles que manejaban el camión, los responsables del envío y sus destinatarios siempre son anónimos y es natural, lo que se descubre es la punta del iceberg destinada expresamente a que la encuentren.
No me sorprendería enterarme que los paquetes que se abren para analizar el contenido estén prolijamente identificados y el resto solo contenga talco o polvo de yeso, en este mundo nadie regala nada. La verdadera mercadería pasa con permiso de libre circulación.
¿Cómo llega a las “cocinas del conurbano” Atravesando libremente los “férreos” controles de seguridad de la Capital y el Gran Bs. As?
El periodismo de investigación filma jóvenes despojos humanos, alguna toma nocturna de una “villa” y la “valiente” declaración de algún vecino. ¿Como llega la materia prima y como sale el producto terminado “made in argentina” y sus subproductos? silencio absoluto. Estoy de acuerdo que es un tema con el que no se juega, pero de allí a investigar e informar a medias para encubrir hay un abismo, si no se animan no lo hagan, ¿o les pagan por hacerlo mal?
¿Es necesario probar y documentar un negocio sin papeles para demostrar que toneladas de marihuana y cocaína no pueden circulan libremente por todo el territorio argentino y exportarse a Europa vía España, sin la complicidad de fuerzas de seguridad, gobernadores, intendentes, jueces, fiscales y el omnipresente gobierno nacional?
No se trata de hechos aislados o circunstanciales, es un tráfico permanente, los adictos no suelen tener paciencia.
De esto nadie se ocupa y las víctimas se cuentan por miles, nadie esta exento. Acá no valen barrios cerrados ni vigilancia personal, nivel de vida, ni tan siquiera educación. Son víctimas los que caen en el mediáticamente promocionado vicio, sus familias y los que son asesinados en ocasión de robo para que los adictos puedan proveerse de mercadería.
¿Cual es la respuesta? Despenalizar el tráfico, el consumo y todos los delitos conexos. Amplias facilidades para exportar, no hay retenciones y amplias facilidades para inversiones de exitosos empresarios salidos de la nada, que compran todo con dinerillos recién salido de la tintorería.
A mi entender está muy claro y a la vista: despoblación y muerte para la juventud, destrucción de la sociedad y sus valores a cambio de un floreciente negocio para autoridades y asociados
Los exitosos negocios y la plata fácil están siempre en la raíz de la corrupción social y política, acá y en todas partes.
Lo veo como el mayor y más importante de todos los problemas que tenemos, hasta quizás el padre de todos los otros.
En la medida que siga socialmente en la cima de los valores “el tanto tienes tanto vales” y el culto idolátrico al becerro de oro, esto no tiene solución posible. De allí que se mire donde se mire, la cuestión a mi entender es más que evidente, primero limpiar la casa y después salir a la vida.

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