agosto 18, 2011

LOS IMPREVISTOS TAMBIEN OCURREN



DE LA SORPRESA AL MIEDO




Hubo sorpresa en ambos campos, tanto mentir que se la creyeron.
Concentrados en que si los otros llegaban o no llegaban al 40% cifra mágica que parece que anticipaba los resultados de octubre, se olvidaron que podían desaparecer.
El oficialismo estuvo tímido a la hora del festejo, solo soltaron nabos y perejiles a resaltar el denominado triunfo arrollador, que puntos más o menos araña un 35%, es decir más que triunfo de uno es derrota de todos los otros.. Desde el atril hubo inusual prudencia: “no me la creo, nadie es dueño de los votos”




En la oposición como era previsible afilaron las cuchillas y comenzaron a filetearse sin piedad, como de costumbre la culpa siempre es de otro; rápidamente descubrieron que los votos en blanco impugnados, observados y abstenciones eran demasiados para que la ingeniería electoral los dejase de lado y comenzaron a repartirlos con un descaro que asombra.




Ahora hay que ir o ir al 24 de octubre, se cayó el plan B que para unos era sumar votos ajenos y para otros era postergar las generales hasta que cambien los vientos y se tenga un resultado seguro.
A la luz de lo pasado en esta catarata de elecciones, no hay en el país quien apueste un cobre sobre lo que puede ocurrir.
Hubo elecciones locales para gobernadores, jefe de la ciudad y para nada, todos están como cuando vinieron de Europa, en pelotas con una mano atrás y otra adelante; no saben donde están parados no conocen el idioma ni si es verano o invierno.
¿Se habrá hecho realidad una vez más que el hombre propone y Dios dispone?




De momento sujeto mi imaginación y mis deseos, bajo mis expectativas y mantengo la fe en alto sentado en el zaguán esperando ver pasar no el cadáver de un enemigo sino una manada de ellos.
Si de soñar se trata más vale hacerlo a lo grande, para limitaciones lo que realidad nos muestra el estar despierto basta y sobra.
¿Si hay sueños banales y hay pesadillas, por qué no habría de haber premonitorios sueños gloriosos?
No hay fecha para cruzar el Rubicán y sin darnos cuenta estamos del otro lado.
Como sigo creyendo que alea jacta est y no se puede modificarla:




¡¡¡Hágase Señor tu voluntad, danos fuerzas, humildad y paciencia para entenderla y aceptarla!!!



Se hizo, se volvió hacer y se lo comieron todos





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