Zaffaroni, Oyarbide…
Asco, desvergüenza, hipocresía y cinismo es la incompleta síntesis; porque hasta la riqueza del idioma de castilla se ha quedado pobre por no tener un solo palabra que defina a esta alimaña que cobra un sueldo como Ministro de la Corte Suprema de Justicia.
Ni que hablar de los que lo justifican, “comprenden” o defienden.
Declaraciones y presuntas explicaciones solo agregan cargos a sus acciones.
Quizás tenga razón la purista Carrió que no se le puede pedir la renuncia a un magistrado, ni se le puede pedir un juicio político en una campaña electoral, pero como hay una cada dos años o menos, solo queda el recurso que se va solo o se le pone un plomo entre los ojos.
Más vale no joder con esta clase de hipócritas argumentos, cuando hay duras respuestas implícitas.
Se ha escrito mucho sobre la cuestión, que aprendí junto al A,B,C, que un magistrado no puede públicamente dejar duda alguna sobre su conducta y honorabilidad. Duda dije, ni hablar de pruebas o exhibiciones públicas.
Me da náuseas continuar con el tema, por eso le ofrezco al lector una síntesis de lo recientemente publicado, comenzando por el doctrinario artículo del Dr. Jorge Vanossi conjuez del más alto tribunal de Justicia.
INFOGRAFIA:
Dr.Jorge Vanossi Perfil ético de un juez
Ampliación de denuncia original del 15/12/09 ¿Hubo tiempo para reaccionar y juicio político, no?
Boudou, defensor de madres de asesinos estafadoras de pobres, jueces sospechados de trata de blancas, ministro de economía y candidato a vicepresidente de Cristina Kirchner; Dios los crea y el diablo los amontona.
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