EL ALMIRANTE DE PERON

Reaparece por el escandalete mediático de dos alcahuetes televisivos Rial y Ventura, deslenguados por el temor a perder el programa y desesperados por sumar opinión y adhesiones de los extorsionadores de los DDHH, los canales serviles del gobierno y terroristas buchones como ellos, en el poder.
Emilio Eduardo Massera a quien me resisto llamar almirante fue promovido en 1974 por orden de Perón y llevado más tarde de su mano al comando en jefe de la armada, obligando el pase a retiro de decenas de jefes con mayor antigüedad, meritos y antecedentes que el, fue el garante de la fuga del brujo Lopez Rega el comisario asesino de la triple A; ambos adherentes de la logia masónica P due. Fue el destructor de la armada argentina en años de guerra calientes donde los militares, oficiales o soldados no debían pensar, en guerra se obedece y actúa en defensa de la nación, es su obligación y razón de ser, pensar y decidir es obligación y responsabilidad excluyente de los comandantes.

Solo les falta invitar a su programa a la Bonafini a la Carlotto a Dante Gullo, a los Abal Medina a la comandante Teresa, a Bonasso o a Bielsa, un panel de selectos soplones indemnizados por patriotas.

¿Qué será peor? repartir supuestamente los bienes de asesinos o repartir sin ninguna duda los ahorros que honestos ciudadanos creían tener para una vejez digna.
La que nace gato muere gato y su vida es un continuo jolgorio en los techos de Iglesias, cuarteles, palacios, canales de TV o ranchos.
Hoy no se conforman con un depto, se alzan de movida con productoras de TV, programación en todos los canales y un show bien pagado en cada circo oficial. Parece que la gente con archivos decidió limpiar telas de araña y recordó lo que siempre callaron. En pocos años Rial y Ventura tendrán que hacer otra limpieza y recordar lo que ahora callan, sin necesidad de pagar a testigos fabricados, hay miles de fotos y grabaciones.

Gatos consumistas