Dice una información de ayer: Según Valeria Vera, periodista de La Nación -y a quien parece no caérsele una idea para rebatir las tonterías que circulan por ahí-, la Agencia Nacional de Seguridad Vial y asociaciones civiles buscan avanzar en una reforma integral del Código Penal para endurecer las sanciones y convertir en delitos algunas conductas que atentan contra la vida de los peatones en la vía pública.
Vocero del desatino es el director ejecutivo de la ANSV, Felipe Rodríguez Laguens, pero lo acompaña una ridícula senadora nacional cuyo único atributo en la vida es ser hermana del secretario general de la Presidencia de la Nación, Oscar Parrilli. Ella se llama Nanci Parrilli (FPV-Neuquén).
¿Por qué es ridículo todo esto? Porque no se puede penalizar más cuando no se educa preventivamente a la población. (+)
Naturalmente no se puede dejar pasar semejante perdiz sin dispararle. Estará en el escabeche de la semana que viene.
Si comenzamos por la ciudad que ya esta buena o seguimos por el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, dejar fluir las protestas, carriles exclusivos, contracarriles, cambios de mano de circulación según la hora, graciosas concesiones viales, solo para cobrar peajes y subsidios. Registros de conducir que se compran en un café y empresarios del transporte amigos del poder, es posible hacer un listado de causas y responsables bien protegidos en el gobierno federal y municipal.
A la cabeza de todos la irritabilidad, agresividad, impunidad y crispación social producto exclusivo del accionar de los gobernantes.
Cortes de calles por protestas u obras que se hacen y deshacen.
Horarios imposibles de cumplir para el transporte público. Chofer que no cumple es una réplica de aquel ramal que para, se cierra y se va.
¿Asesinos al volante victimas o victimarios?
Alcohol drogas y medicamentos psicotrópicos de consumo fuera de control.
¿Alguien con un mínimo de coherencia y experiencia en la calle puede pensar que esto se arregla con educación vial en las escuelas o endurecimiento de penas? A este paso pocos de los que aprendan seguridad vial en las escuelas llegarán a adultos para ponerla en práctica.
El que mata al volante no lo hace voluntariamente, es producto de un acto inseguro, imprudencia o negligencia, las duras penas ni le tingan porque no piensa, no se representa el resultado del acto o no está psíquicamente en condiciones de hacerlo. La irresponsabilidad es materia básica en la educación, más tarde su ejercicio es imprescindible en la sociedad en el trabajo, sociedades intermedias y gobierno.
Se reúnen de urgencia los más preclaros especialistas de la nación y la ciudad para resolver la cuestión. Al instante está la solución Un GPS en cada vehículo de transporte urbano para controlar velocidad del que se detiene cada cien o doscientos metros, su recorrido, y aquí está lo que no se dice, cargarle al conductor un nuevo problema, lidiar con los pasajeros que van a llegar tarde, porque hay un corte y no puede desviarse o se expone a quedar sin trabajo.
Zapatero a tus zapatos reza un antiguo adagio, gobernar no es cambiar todo, es ordenar prioridades en función del bien común. Los negocios se hacen afuera y no prendidos de la teta del estado.
¿Puede responderse una pregunta tonta? Quién es el proveedor de al menos 50.000 GPS.
Un especialista que vela por su vida
Otra especialista que no vela, vegeta
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