agosto 12, 2010

¿ATILA ESTAS? SI, PERO ESTOY OCUPADO



En Junio reeditaba un artículo de cinco años atrás y escribía una 2º parte, “Conversando con Atila”. Los podemos llamar fantasía o ficción a falta de un nombre mejor o porque nuestros limitados conocimientos no se arriesgan a transponer los límites de lo desconocido. Pero, es una revelación de cada día que hay ideas, pensamientos y reflexiones que aparecen simultáneamente en personas separadas por miles de kilómetros que no tienen nada en común ni se conocen. No le pongo nombre al hecho solo recuerdo que Atila me decía, con una buena imagen de su paso por este mundo: lo aprecio amigo, es uno de los pocos humanos que quiere hablar conmigo y conocerme, por eso cada tanto le disparo flechas cargadas de ideas que le serán útiles.

Dejémoslo a Atila, las elucubraciones y volvamos a la realidad. Previamente si no los leyó o no los recuerda relea los artículos mencionados.

Conversando con Atila I y II parte

¿No percibe usted una desbandada en todas las actividades, no escucha el silbido y el chasquido del Azote de Dios? En la política, en la economía y sociología; en el espectáculo o en el deporte. ¿No ve cuestionar y desmoronarse intocables ídolos o inobjetables teorías con pié de barro? ocurre cada día sin que nadie los toque.

Si la idea de este artículo es real, es solo el principio; el atávico terror ante el solo rumor que llegan los hunos.
Cuando se escuchen sus alaridos y el retumbar de los cascos será el aquelarre.

Hay otro mundo u otra dimensión; que no la conozcamos no autoriza a negar a priori que en especiales circunstancias no puedan rozarse. No hablo de brujas, gnomos, aparecidos ni almas en pena; hablo de humanos que en algún lado están esperando y quizás cada tanto la misericordia de Dios nos mande con algún mensaje.

¿Raro no? Más raro sería negar lo que se supone o presiente solo porque no se lo ve.

Estuve dos veces con Atila y recibo periódicamente un incruento flechazo con el correspondiente mensaje; petisón, musculoso pura fibra y ágil como un gato, cara achatada, ojos rasjados, pelo renegrido y grasoso; a primera vista un demonio hasta que se sienta y habla un latín impecable con acento que raspa: a medida que desgrana su discurso es como nosotros, lúcido, coherente con milenios de experiencia, lo vivió y vio todo, tironeado por las mismas pasiones que todos tenemos bien escondidas bajo un maquillaje de cultos civilizados. Tratarlo es una fiesta del espíritu por más increíble que parezca.
Esta presente; no volverá al frente del Pueblo del Alba, porque se parte una sola vez de este mundo, está avisando que vuelven sus tiempos, porque se repiten todas las condiciones y circunstancias. La creación y la administración de su historia, son obra de Dios y por tanto perfectas y una expresión de la perfección es la economía de recursos.
Es el hombre indicado y con mayor autoridad para hacerlo, fue el ejecutor y la herramienta de la Providencia; misteriosa y proféticamente bautizado como El Azote de Dios por un ignoto y oscuro monje de las Galias. Llegó, cumplió su encargo y desapareció definitivamente ante la sola presencia de San León Magno después de una corta entrevista en Mantua, cuenta la leyenda que plasmó en un mural Rafael, que sobre León aparecieron empuñando espadas San Pedro y San Pablo un mensaje que no podían ignorar los supersticiosos hunos. Se fue por donde llegó para morir en su tierra poco después.
El abismo que lo separa del “Veni, vidi, vinci” de tantos supuestos grandes, incapaces de bajarse de un caballo prestado para una sola misión.

Usted amigo lector que cree en los congresales, que espera en algún dirigente, la recuperación de la economía y tanta pavada voluntarista que se dice ¿Por qué duda o toma a broma estas opiniones a todas luces más coherentes?

3 comentarios:

Pedro Ramirez dijo...

Genial, había leido las dos partes de Atila, pero hoy le encontre el verdadero significado. Me ha obligado a repasar la historia de la época.
Lo felicito se supera día a día.

Toto dijo...

Mis felicitaciones don Leopoldo, un tema insólito, le busque la fisura y no la tiene, es impecable el rigor histórico, filosófico y político Diálogos e imagenes son de una precisión quirúrgica

Anónimo dijo...

muy guay eres un giliiiiiiiiii