agosto 26, 2010

EL MINUTO FATAL




El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad”. (Albert Einstein)
Una muy lúcida frase que permite ajustar la mira al verdadero objetivo y no gastar pólvora en chimangos.

Ese último minuto fatal nunca aparece por generación espontánea, es necesaria consecuencia de todos los minutos que lo precedieron, trae su mensaje, su olor y su color.

Por voluntad personal, sectorial, comunitaria o imposición de las circunstancias, en política argentina es el que precede a la decisión de reemplazar el caos de la anarquía por la fuerza bruta sin neuronas o la dictadura del ejecutivo por otra parlamentaria o judicial. Venimos sin haber podido salir de uno de estos episodios y ya se escuchan las voces que allanan el camino para precipitarnos alegremente en el otro.
Lo posible es enemigo de lo ideal, me han dicho; es cierto pero por ello no deja de ser una bonita frase hecha, que bajo ninguna circunstancia puede usarse como justificación para una burrada o para abstenerse de hacer lo correcto por imposible que parezca, al menos intentarlo, nadie tiene la bola de cristal.
La barbarie subversiva desencadenó el primero allá por los 70 y la tercer ola de barbarie con bandera peronista la que viene.
La ausencia absoluta de una dirigencia medianamente lúcida con banderas radicales, socialistas o demócratas sociales progresistas que prefirió negociar su permanencia y comerse hasta las migas que quedaban hizo el resto.
En ambos casos dirigieron sus preocupaciones y demagógicos mensajes a los futuros derrotados para heredar sus votos. Esta gente nunca se equivoca es conciente y dolosamente responsable de cuanto hace.
Piensan hasta cuando duermen como salvar la ropa, representándose todas las consecuencias, como dicen los penalistas. Ni impericia, negligencia o imprudencia; alevosía y premeditación expresa.
Son políticos de una democracia electoral, degenerada en dictadura de mayorías, los votos son el oxigeno para seguir vivos. No se conocen médicos que dinamiten hospitales y consultorios ni abogados que incendien los tribunales.
Mientras no arrojemos a la pira todas las resecas astillas de la Revolución Francesa y sus ideólogos estaremos condenados a repetirlo.
Soy conciente que a estas alturas, las líneas precedentes pueden provocar más confusión que claridad, porque lo del 70 fue efectivamente una guerra y la intervención militar necesaria e imprescindible por el vacío absoluto de poder civil frente a una agresión externa aliada a los quinta columna de siempre.
Hubo, porque es parte de las reglas del juego en mayor o menor medida excesos, errores y los daños colaterales de toda guerra. Alguna vez recuerdo haber escrito que no se camina en el mar ni se nada en la tierra, Guerra es guerra no estado de derecho.

Bastaba con decretar el estado de sitio o el de guerra interno en lugar de jugar a la democracia. Decían que había que decorar la torta para que no generara resistencias en la comunidad internacional, así fue la respuesta de esa comunidad. ¿Ingenuos o boludos? ¿Desde cuándo Franceses, Ingleses o Americanos emprolijaron sus procederes para que otros no pensaran mal?
Consecuencia del reiterado error de esperar que el tiempo lo cure todo u otro saque las papas del fuego.
Es tan aberrante un general democrático como un político totalitario. Zapatero a tus zapatos.
En el 76 al igual que en el 55 o el Gran Acuerdo Nacional de Lanusse, no se desmontó ni uno de los escalones que llevaron al caos, porque faltó conducción política. No alcanza con grupetes trasnochados de petite comité, abriéndose paso con el codo para instalarse y usar lo que estaba para quedarse.
Curiosamente, como amenazan ahora, todas las salidas hacia ideales restauraciones institucionales, vinieron con banderas radicales o peronistas, Frondizi, Illia, Cámpora, Alfonsin, Menem, De la Rua, Duhalde que necesariamente nos precipitaron en problemas peores.
Los combatientes militantes, sean terroristas subversivos o militares profesionales reciclados en políticos siempre transitan el mismo camino usar lo que esta para quedarse. Su especialidad es destruir no construir.
Nadie está exento de gravísimas responsabilidades, ni los que conspiraban en las sombras, los que se reunían preparando la sucesión, ni los que hacían safaris en Sudáfrica en tanto sus subordinados se mataban y el país se disolvía en odios y resentimientos, al punto de tener que recurrir a una guerra contra todo occidente para encubrir las protestas por el desastre económico.
Sinceramente sospecho que en nuestra patria los que leen y se instruyen compran libros en la librería equivocada o como los chicos de primaria y secundaria no tienen comprensión de los textos u obtienen títulos y hacen cursos en las escuelas del enemigo y pagan porque se llaman “católicas” o las preside un mamarracho comerciante con etiqueta de serio.
Aprenden por ósmosis, salvo excepciones, nunca pasa por el cerebro ni por la crítica lo que incorporan.
Es viejo y es cierto Lo que natura non da Salamanca non presta. La educación, los principios y el criterio se maman en la casa.

1 comentario:

Fede dijo...

Muy bueno