NOTA: este artículo forma parte de los selecionados en el artículo anterior, no pudo ser incluido por falta de link permanente,por lo que se lo reproduce integramente.
La ira se construye sobre la ira
La ira se construye sobre la ira
Por Carlos Berro Madero
http://www.notiar.com.ar/
“El disparador universal de la ira es la sensación de encontrarse en peligro. Éste puede estar signado no sólo por una amenaza física absoluta, sino también, COMO OCURRE CON MAYOR FRECUENCIA, por una amenaza simbólica a la autoestima o la dignidad por ser menospreciado”
-Dolf Zillmann
El profesor Zillman, de la Universidad de Alabama, Estados Unidos, realizó durante muchos años una serie de cuidadosos experimentos para encontrar la anatomía exacta de la ira, que, a diferencia de la tristeza, proporciona energías e incluso resulta tonificante para quien la padece.
Existe un disparador producido por la excitación adrenocortical del cerebro que explica por qué algunas personas son mucho más propensas a la ira si ya han sido provocadas o ligeramente irritadas por alguna cosa. Las tensiones diversas así acumuladas, disminuyen el umbral de contención de un estallido de ira.
Cuando el organismo está en un estado de nerviosismo y algo dispara un asalto emocional, el resultado inmediato tiene una intensidad especialmente marcada. Esta dinámica opera siempre que alguien se pone furioso.
Un sentimiento de furia que se produce después que otro anterior ha pasado, dispara una intensidad de ira mucho mayor que la que se produce al comienzo de dichas sensaciones.
La ira se construye básicamente sobre la ira.
Dicho esto, nos preguntamos una vez más si no estamos cerca de la verdad cuando decimos que Néstor y Cristina Kirchner son dos personas habitualmente iracundas con las que es imposible razonar de ninguna manera, porque SUS PENSAMIENTOS GIRAN SIEMPRE EN TORNO A LA VENGANZA Y LA REPRESALIA.
Quienes tienen este tipo de personalidad son IMPLACABLES y el elevado nivel de excitación, dice Zillmann, “alimenta en ellos una ilusión de poder e invulnerabilidad que puede inspirar y facilitar la agresión constante por carecer de una guía cognitiva adecuada. El resultado es una respuesta primitiva donde la brutalidad se convierte en una guía para la acción”.
Estas reflexiones encajan, a nuestro modo de ver, con el origen de muchos razonamientos inadecuados de la pareja gobernante y explicarían perfectamente bien sus reacciones provocadoras que están alimentadas, casi invariablemente, por el resentimiento. No hay duda alguna que los frecuentes estallidos a que nos tienen acostumbrados los Kirchner se intensifican al producirse una excitación de su cerebro “emocional”.
El elegir invariablemente a algún sector de la comunidad como blanco de sus arranques de furia –lo que se ha reiterado invariablemente durante su gobierno-, hace que ciertas preocupaciones INADECUADAS parezcan perpetuarse, provocando en ellos una serie interminable de pensamientos dominados finalmente por la angustia.
Ver enemigos donde no los hay, u opositores políticos como si fueran seres maléficos del averno, constituye de por sí una patología paralizante.
Por todo esto, Néstor y Cristina no toleran ver publicadas noticias que pongan “en blanco y negro” el perfil de sus errores, mientras luchan desenfrenadamente para hacer desaparecer las mismas de su vista y arremeten en forma salvaje contra los medios de opinión.
Ya no les basta haber hecho votar una ley de control audiovisual que imaginaron a su medida (no lo es con seguridad); el aumento de su ira es más acuciante aún porque las cosas no terminan de acomodarse donde ellos las desearían ver, por lo que atacan compulsivamente a quienes publican y comentan habitualmente el tenor de sus desaciertos.
Ahora que el dinero no fluye para ellos como antes, algunos “compañeros de ruta” que los han acompañado hasta aquí sin chistar, están expectantes como jugadores de truco que esperan a ver “la mano” para jugar sus chances en consecuencia.
La supervivencia precaria de este gobierno “atravesado” y enfermo, ha comenzado la etapa depresiva de sus protagonistas, que se presenta como muy intensa y amenaza con ser prolongada y violenta. La ira de los K está siendo amplificada por una realidad que se alza como un muro desafiante frente a la actitud de pretender ignorarla: comienzan a comprobar con amargura que las fuerzas que los acompañaron hasta aquí, comienzan a dispersarse. En consecuencia, solo atinan a lanzar diversos “globos de ensayo” que procuran presentarlos, falsamente, como dueños de sí mismos.
Al mismo tiempo, comienzan a sembrar actitudes perturbadoras para recrear una crisis incesante que hace más difícil que logren recuperarse del daño sufrido y la furia resultantes.
Las últimas noticias sobre milicias armadas, piqueteros desbocados y gremialistas que gozan de una impunidad total -poniendo los pelos de punta a más de uno-, son el resultado de un ambiente generalizado de violencia engendrada por dos personas que, como Cristina y Néstor, desconocen el sentido profundo que tienen la paz y la armonía en el seno de una sociedad.
Los recientes discursos oficiales y algunos trascendidos, están indicando claramente que no saben qué hacer con sus sentimientos desbordados, al ver que aumentan las críticas contra su gobierno por parte de un número cada vez mayor de ciudadanos que no toleran más la mentira y el engaño.
Estamos presenciando el caso de dos personas gravemente enfermas aunque no quieran admitirlo. Enfermas de ira y de impotencia simultáneamente. Enfermas de falta de equilibrio emocional para poder superar el enredo mayúsculo en el que se han metido. Son a modo de exploradores internados en una selva sin guía, que han terminado perdiéndose en la espesura.
Nos esperan días difíciles. El futuro no va a resolverse políticamente hasta que todos volvamos a reencontrarnos en sintonía con nuestros sentimientos: el Frente para la Victoria ha desatado una epidemia de ira que ha nacido en el centro mismo del poder y amenaza destruir el equilibrio de la sociedad.
Hasta que el gobierno termine su mandato, habrá que tener mucha mesura, resistir a pie firme los atropellos que de él provengan y elaborar al mismo tiempo un sentido “mea culpa”, preparándose para elegir mejor la próxima vez.
Esto, siempre y cuando la hoguera que han alimentado los K no los consume entre sus llamas antes de tiempo.
carlosberro@arnet.com.ar
Gentileza en exclusiva para NOTIAR
“El disparador universal de la ira es la sensación de encontrarse en peligro. Éste puede estar signado no sólo por una amenaza física absoluta, sino también, COMO OCURRE CON MAYOR FRECUENCIA, por una amenaza simbólica a la autoestima o la dignidad por ser menospreciado”
-Dolf Zillmann
El profesor Zillman, de la Universidad de Alabama, Estados Unidos, realizó durante muchos años una serie de cuidadosos experimentos para encontrar la anatomía exacta de la ira, que, a diferencia de la tristeza, proporciona energías e incluso resulta tonificante para quien la padece.
Existe un disparador producido por la excitación adrenocortical del cerebro que explica por qué algunas personas son mucho más propensas a la ira si ya han sido provocadas o ligeramente irritadas por alguna cosa. Las tensiones diversas así acumuladas, disminuyen el umbral de contención de un estallido de ira.
Cuando el organismo está en un estado de nerviosismo y algo dispara un asalto emocional, el resultado inmediato tiene una intensidad especialmente marcada. Esta dinámica opera siempre que alguien se pone furioso.
Un sentimiento de furia que se produce después que otro anterior ha pasado, dispara una intensidad de ira mucho mayor que la que se produce al comienzo de dichas sensaciones.
La ira se construye básicamente sobre la ira.
Dicho esto, nos preguntamos una vez más si no estamos cerca de la verdad cuando decimos que Néstor y Cristina Kirchner son dos personas habitualmente iracundas con las que es imposible razonar de ninguna manera, porque SUS PENSAMIENTOS GIRAN SIEMPRE EN TORNO A LA VENGANZA Y LA REPRESALIA.
Quienes tienen este tipo de personalidad son IMPLACABLES y el elevado nivel de excitación, dice Zillmann, “alimenta en ellos una ilusión de poder e invulnerabilidad que puede inspirar y facilitar la agresión constante por carecer de una guía cognitiva adecuada. El resultado es una respuesta primitiva donde la brutalidad se convierte en una guía para la acción”.
Estas reflexiones encajan, a nuestro modo de ver, con el origen de muchos razonamientos inadecuados de la pareja gobernante y explicarían perfectamente bien sus reacciones provocadoras que están alimentadas, casi invariablemente, por el resentimiento. No hay duda alguna que los frecuentes estallidos a que nos tienen acostumbrados los Kirchner se intensifican al producirse una excitación de su cerebro “emocional”.
El elegir invariablemente a algún sector de la comunidad como blanco de sus arranques de furia –lo que se ha reiterado invariablemente durante su gobierno-, hace que ciertas preocupaciones INADECUADAS parezcan perpetuarse, provocando en ellos una serie interminable de pensamientos dominados finalmente por la angustia.
Ver enemigos donde no los hay, u opositores políticos como si fueran seres maléficos del averno, constituye de por sí una patología paralizante.
Por todo esto, Néstor y Cristina no toleran ver publicadas noticias que pongan “en blanco y negro” el perfil de sus errores, mientras luchan desenfrenadamente para hacer desaparecer las mismas de su vista y arremeten en forma salvaje contra los medios de opinión.
Ya no les basta haber hecho votar una ley de control audiovisual que imaginaron a su medida (no lo es con seguridad); el aumento de su ira es más acuciante aún porque las cosas no terminan de acomodarse donde ellos las desearían ver, por lo que atacan compulsivamente a quienes publican y comentan habitualmente el tenor de sus desaciertos.
Ahora que el dinero no fluye para ellos como antes, algunos “compañeros de ruta” que los han acompañado hasta aquí sin chistar, están expectantes como jugadores de truco que esperan a ver “la mano” para jugar sus chances en consecuencia.
La supervivencia precaria de este gobierno “atravesado” y enfermo, ha comenzado la etapa depresiva de sus protagonistas, que se presenta como muy intensa y amenaza con ser prolongada y violenta. La ira de los K está siendo amplificada por una realidad que se alza como un muro desafiante frente a la actitud de pretender ignorarla: comienzan a comprobar con amargura que las fuerzas que los acompañaron hasta aquí, comienzan a dispersarse. En consecuencia, solo atinan a lanzar diversos “globos de ensayo” que procuran presentarlos, falsamente, como dueños de sí mismos.
Al mismo tiempo, comienzan a sembrar actitudes perturbadoras para recrear una crisis incesante que hace más difícil que logren recuperarse del daño sufrido y la furia resultantes.
Las últimas noticias sobre milicias armadas, piqueteros desbocados y gremialistas que gozan de una impunidad total -poniendo los pelos de punta a más de uno-, son el resultado de un ambiente generalizado de violencia engendrada por dos personas que, como Cristina y Néstor, desconocen el sentido profundo que tienen la paz y la armonía en el seno de una sociedad.
Los recientes discursos oficiales y algunos trascendidos, están indicando claramente que no saben qué hacer con sus sentimientos desbordados, al ver que aumentan las críticas contra su gobierno por parte de un número cada vez mayor de ciudadanos que no toleran más la mentira y el engaño.
Estamos presenciando el caso de dos personas gravemente enfermas aunque no quieran admitirlo. Enfermas de ira y de impotencia simultáneamente. Enfermas de falta de equilibrio emocional para poder superar el enredo mayúsculo en el que se han metido. Son a modo de exploradores internados en una selva sin guía, que han terminado perdiéndose en la espesura.
Nos esperan días difíciles. El futuro no va a resolverse políticamente hasta que todos volvamos a reencontrarnos en sintonía con nuestros sentimientos: el Frente para la Victoria ha desatado una epidemia de ira que ha nacido en el centro mismo del poder y amenaza destruir el equilibrio de la sociedad.
Hasta que el gobierno termine su mandato, habrá que tener mucha mesura, resistir a pie firme los atropellos que de él provengan y elaborar al mismo tiempo un sentido “mea culpa”, preparándose para elegir mejor la próxima vez.
Esto, siempre y cuando la hoguera que han alimentado los K no los consume entre sus llamas antes de tiempo.
carlosberro@arnet.com.ar
Gentileza en exclusiva para NOTIAR
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