Imágenes del naufragio: D'Elía insulta, Rico se fue con Narváez y Moyano exige más dinero y diputados Urgente 24 Las escenas del fin del III Reich en la película La caida son patéticamente similares a las de nuestra realidad, salvando las distincias.
Las mismas reacción histéricas en los miserables que niegan la realidad; cuando esta se impone por su propia fuerza
La haya visto o no, pídala en un video, vuélvala a ver y juzque por usted mismo, será mas aleccionador que todo lo que se pueda escribir. Véala con un ojo puesto en Berlin y otro en BsAs.
Se podrá alegar que aquello fue una guerra y esto solo política, es cierto solo una cuestión de grados y herramientas.
Espere a que termine el pan, la leche y la carne; el gas, medicamentos y combustibles; que la crisis de la destrucción de nuestra propia economía golpee y verá pobres contra pobres, medicos contra enfermos, poderosos contra poderosos y miserables arrancándose jirones de nada. Entonces me cuenta cual es la diferencia.
Es absolutamente cierto que si pierden viene el caos y si ganan tambien. En el primer caso los que ganen será una bolsa de gatos legisladores que asumirán en diciembre ¡ seis meses! para no dejar piedra sobre piedra y destruir todas las redes de contención e intercambio. En el otro la venganza desatada para quebrar definitivamente toda resistencia.
La gran fiesta de la fraudulenta democracia los habilita y garantiza la continuidad en el 2011.
Los únicos responsables son los que sueñan con que terminen su período violando todo. Los que se presentan como los puros fariseos. los unicos capaces de interpretar las leyes, que no puediendo ordenar y gobernar sus propios espacios políticos de cuatro gatos locos contratados, pretenden gobernar y ordenar un país desvastado ¡Vaya descaro!
Ni golpe de estado, revolución o minicidio, basta dejar de avalar sus despropósitos y legalizar su fraudulenta representación popular; caen solos y se ajustician entre ellos. su debilidad es evidente, solo los débiles e impotentes exhiben el poder y la fortaleza para disimular sus falencias.
Por ello los hombres débiles son el peor enemigo. Todos creen que pueden vencerlos.
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