mayo 09, 2009

COMO ENFRENTAR AL LADRON


Escucho ruidos abajo, ve a ver que pasa. De todas las malas maneras de despertar al que duerme en paz, debe ser la peor. En esta Argentina tan insegura se populariza; como el debate con la almohada: y si entran ladrones ¿Que debo hacer? Eso me estaba dando vueltas en la cabeza días pasados cuando como siempre la oportuna agudeza de don Arturo Pérez Reverte vino en mi ayuda; como no puedo imitarlo, lo envío a su casa para que se lo cuente.


Cómo buscarse la ruina

ARTURO PÉREZ-REVERTE XLSemanal 3 de Mayo de 2009

Me despierta un ruido y miro el reloj de la mesilla de noche. Ha sonado en la planta de abajo. Así que cojo la linterna y el cuchillo K-Bar de marine americano –recuerdo de Disneylandia– y bajo las escaleras intentando ir tranquilo y echar cuentas. Cuántos son, altos o bajos, nacionales o de importación, armados o no. Si estuviera en un país normal, este agobio sería relativo. Bajaría con una escopeta de caza, y una vez abajo haría pumba, pumba, sin decir buenas noches. Albanokosovares al cielo. O lo que sean. Pero estoy en la sierra de Madrid, España. Tampoco me gusta la caza ni tengo escopeta. Sólo un Kalashnikov –otro recuerdo de Disneylandia– que ya no dispara. Por otra parte, una escopeta no iba a servirme de nada. Estoy en la España líder de Occidente, repito. Aquí el procedimiento varía. Mientras bajo por la escalera –de mi casa, insisto– con el cuchillo en la mano, lo que voy es haciendo cálculos. Pensando, si se lía la pajarraca, si no me ponen mirando a Triana y si tengo suerte de esparramar a algún malo, en lo que voy a contar luego a la Guardia Civil y al juez. Que tiene huevos. VER TODO EL ARTÍCULO.
A mi me quedó claro, los derechos humanos y garantías de los delincuentes están antes que la vida y seguridad de mi gente, mi casa ya no es mía, puede ser de cualquiera que quiera disponer de lo que hay en ella, por un rato o definitivamente.

Pero supongo que usted comenzó a leer buscando una respuesta, relea el ultimo párrafo:
El caso es que, cuando llego al final de la escalera, comiéndome el tarro y más pendiente de las explicaciones que daré mañana, si salgo de ésta, que de lo que pueda encontrar abajo, compruebo que se ha ido dos o tres veces la luz, y que el ruido era del deuvedé y de la tele al encenderse. Y pienso que por esta vez me he salvado. De ir a la cárcel, quiero decir. Traía más cuenta dejar que me robaran.

¡¡¡Suerte mi amigo!!! Es la respuesta.

Unos nacen con estrella y otros estrellados. Así como hay flacos y gordos, altos y bajos, Saber votar también ayuda. No se vota a los ladrones ni a sus protectores. Bastante seguridad les dan jueces, leyes y teóricos del derecho. Su trabajo es llevarse lo que usted gana, no precisan cargos que los obliguen a estar o cumplir horario. Si cometen un error y los detienen, el estado les asegura unos días de descanso con casa y comida hasta que por su buena conducta los liberan.
Revise sus pertenencias y ojo con los recuerdos de familia, si se produce una intrusión puede terminar preso por tener lo que no debe, conserve el yogurt, la manteca, el aceite, el jabón y el detergente, son elementos normales en una casa, pero cuidado con el arreador, el cuchillo del asado, ese lazo o las boleadoras que adornan la pared o los recuerdos de familia. Le puede costar un disgusto el trabuco del tatarabuelo que hacía cruceros turísticos por el Caribe

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