Me consta que da vueltas en la cabeza de todos los indecisos, que son la amplia mayoría por estos días. Indecisión que es certeza en votar contra el gobierno y duda en a quien darle el voto.
Presumo que lo llamamos inteligente porque privilegia la razón fría a los sentimientos, afectos y pasiones.
En nuestra reciente historia electoral (50 años) este voto inteligente, revistió dos formas, según fueran las circunstancias.
Si la opción era entre dos malitos, votar al menos malo; si había un gran malo votar a quien tenía mayores posibilidades para no tirar el voto.
En cualquiera de los casos votar sin saber a quien, simplemente “contra”
El argumento que tranquiliza conciencias es “peor que este no puede ser”
Nos encaminamos precipitadamente a una nueva negra experiencia.
Si bien no se define una presidencia, si se define quien será el que supuestamente tiene mayores posibilidades, el nuevo dictador que haga y deshaga alianzas, frentes y “espacios,” el que bendiga y excomulgue a quienes pueden participar de la cruzada institucional-republicana del 2011 o antes si las papas queman.
No estaría de más preguntarse ¿Quién era Kirchner en el 2002? Un chirolita, un títere de Dhualde y Alfonsin. Un don nadie. Tiranuelo de provincia lejana, rica y despoblada, la fácil, un feudo para improvisados e inútiles. Políticamente impecable; estuvo con el proceso militar, con el padre de la democracia, con Menem, Ruckhauf y Dhualde; una prudente pregunta habiendo nuevos Kirchner tapados, quizás menos ignorantes que el usurero de provincia y por ello mil veces más peligrosos.
Alguien dijo “la ocasión hace al ladrón”, y otro que cuando maduran los tiempos aparece el hombre. Se nos dieron las dos: el ladrón estaba echo, solo lo promocionaron a cosas mayores y el tiempo estaba maduro en una país en que los mercaderes y empresarios exitosos reemplazaron a los dirigentes políticos y sociales. Apareció el hombre para cosechar.
Tenía el perfil perfecto y así y todo no sacó ni el 20% de los votos.
Conocemos los caballos del comisario, y también a los tapados, los nuevos sonrientes chirolitas. Póngales usted el nombre, es tiempo de campaña, ya lo he dicho muchas veces,
estando contra todos no le sumo a ninguno.
La gran cuestión que se decide en junio, es si comenzamos a terminar con esta decadencia o comenzamos a volver a empezar.
Una síntesis de opinión : esta vez su voto no es el cambio, se vota una grilla de largada para el futuro, hay candidatos que son lo que se ve y otros que solo son la sombra del que está detrás.
Así como Scioli es Kirchner hay mujeres que son sombras masculinas. Usted sabrá.
Un parecer tan válido como cualquier otro.
¡Cuidado! Instalar un delfín depredador puede ser más peligroso que esperar que muera un tirano agónico
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