A partir del terremoto en Los Abruzzos (6/4) la tierra se sacudió una vez Indonesia, dos Afganistán, una en Méjico, dos en Perú, una en Chile y otra en Potrerillos Mendoza, todas en Abril; con excepción de Italia, no hubo daños mayores, muertos ni victimas graves, por lo que pasaron desapercibidas.
No se trata de un ridículo alarmismo, no se puede hacer nada por lo que toda alarma carece de razón de ser.
Solo es una información más, un recordatorio; hay peores cosas que los Kirchner y su falsa oposición, tampoco hay defensa y se instalan sin que nadie los llame o los quiera.
Si bien se lo mira, la agitación de la tierra hasta puede ser una buena noticia.
Personalmente tengo una esperanza más que el mes pasado, la posibilidad de un terremoto y una erupción volcánica juntas en El Calafate en el día y a la hora adecuada. Para hacer lo que debe ser hecho y la justicia humana será insuficiente.
El asesor agropecuario del PRO y otros “prohombres” aspiran a que el gobierno termine su mandato (¿mandato de quien?) Sus sólidas razones deben tener. Los argentinos de infantería rezamos todos los días para que se caigan definitivamente. Desaparecerán todos: los dictadores y los falsos opositores que los sostienen quedaran en evidencia, incapaces para resolver algo; ¡una fiesta!
Tenemos asumido que todos pagaremos los platos rotos, no vivimos en una burbuja ni comemos fantasías. Siempre ha sido así y siempre será son las duras reglas del juego. Pero sabemos bien que cuanto más dure el desmadre más grande y pesada será la cuenta.De allí la urgencia en sacudir el yugo.
Allá en el sur están el Chaitén humeando y otros dormitando junto a una cordillera muy inestable.
Allá se esconden cuando los cuervos sobrevuelan los despojos del poder, la yunta de innombrables.
Está todo listo, solo falta una voz de ¡¡¡ÁHURA!!!
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