Tartagal destruido, porque en seis años no se hizo lo que se anunció y supuestamente se pagó, para que no volviese a ocurrir.
El nombre, el respeto y el prestigio de la Nación y el de su pueblo cuya representación oficial inviste la Presidente, arrastrado por las cloacas de España y del mundo.
Al granero del mundo se lo comieron las ratas.
El país de la carne solo tiene huesos.
A la “Europa de America” y el pueblo más instruido, lo representa una analfabeta, cursi y ordinaria del villerío de extramuros.
Damos asco lo se, seria hipócrita disimularlo cuando el mundo lo ve, todos somos responsables.
Antes de echar culpas hay que asumir las propias.
Fue cómodo ver pasar canallas que destrozan todo cuanto tocan y llenarse la boca con loas al estado de derecho o a la restauración de la democracia. Al discurso institucional, al respeto a las autoridades ilegítimas.
Resucitar muertos, fracasados y delincuentes cada cuatro años como los salvadores.
Parece una garantía tener cada dos años un circo electoral, un año para tejer redes y otro de campaña para mostrarse como payasos sonrientes, modernos y tolerantes.
Pasarse cuatro años formando equipos y estudiando soluciones, para tomar “medidas a prueba” `poner y sacar adoquines y parquímetros, cerrar calles para agilizar el tránsito.
¡Que se dedique “Magoya” a gobernar y trabajar!
Es bueno que todos puedan hablar denunciar y mandar correos electrónicos.
Decir que los productores están quebrados, pero veremos si nos quejamos el mes que viene, no hay apuro.
Que no se maltrate a los presos ni a los “menores delincuentes”, un eufemismo insostenible, si es delincuente sabe lo que hace y si es responsable no es menor. Quien asume conductas y derechos de un mayor se hace cargo de las obligaciones.
Que los medios enseñen que es bueno elegir que se quiere parecer, si varón o mujer.
Que se limite la natalidad y se aborte libremente en un país despoblado, que expulsa a sus hijos, para que puedan sentirse seres humanos en otras tierras.
Que se mate a los parásitos enfermos que no producen, no caminan ni hablan.
Lo malo de la cuestión es que la fiesta terminó para todos, para los que están, para los que sirven la mesa y los que miran de afuera.
Le toca a usted y a mí también, salvar la vida y el huerto no era el objetivo. Es y será ser lo que se debe de ser.
El Señor del tiempo y la historia tiene la palabra.
¡Hágase su Voluntad!
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