febrero 11, 2009

DIVAGANDO EN UNA NOCHE DE CALOR



Cuando no se puede dormir, lo mejor es aceptarlo, abrir la jaula de la imaginación, la asociación de ideas y el subconsciente y dejar que salgan libres a volar.

Eso hice, se fueron y cada tanto volvían con algo en el pico, un palito, un grano de tierra, una hoja o una piedrita, lo acomodaba en el piso y otra vez a volar, poco a poco los ordenaban, me intrigó el juego y comencé a colaborar en un dibujo o imagen que no sabía donde iba a terminar. Resultó una sucesión de ideas. Decidí armar un texto para no olvidarlas y allá fui con mi bolsita de improvisado escritor, la coma, el acento, un artículo, un verbo, un cabo suelto, un recuerdo.

Pasaron las horas y como siempre, me despertó la luz, después de una noche sin dormir.

Compartamos el resultado: Dicen y lo tengo comprobado que el momento más negro de la noche es el que precede al alba, un sabio recordatorio de la naturaleza para aquellos que pierden la fe o vacilan en sus convicciones. El sol sale todos los días para todos. A veces incendiando el horizonte y el cielo del levante, haciendo gigantes de la sombra de enanos, para terminar borrando con sus rayos en la tierra las largas sombras y reducir los enanos a un punto. Otras veces es solo la claridad de un día gris y triste. Sea una cosa o la otra es un nuevo día. Cargar las herramientas al hombro para iniciar otra obra o terminar lo que falta.

Unos lo saben, teniendo o no instrucción, lo aceptan y se levantan felices ante el nuevo regalo de tiempo, otros se dan media vuelta murmuran una maldición porque va a llover y siguen durmiendo.
Los días se suceden, Fulano habrá construido o sembrado y estará conforme con la obra, Mengano sin nada se sentirá pobre y resentido por la abundancia del vecino. Finalmente Perengano el demagogo mercader de miserias, que está siempre listo para juntar vagos, fracasados, pobres y resentidos detrás de promesas, para que el ponga orden en tanta injusticia, prometiendo terminar con la pobreza y desigualdad por decreto. No podrá hacer ni una cosa ni la otra salvo que exterminen al hombre. Siempre habrá altos y bajos, simpáticos y odiosos, sanos y enfermos, fuertes y débiles, hábiles y torpes. La educación e instrucción obligatoria no sirve para igualar, el secreto está en la libre decisión de aceptar el compromiso que esta vida tiene una razón de ser, hay que esforzarse y cumplirlo.

El cuento es siempre el mismo desde los orígenes, cada generación lo adapta y moderniza, pero siempre están el Hada Madrina, la Cenicienta, el Lobo Feroz, el Ogro, el Dragón, el Rey, el príncipe Valiente, La Princesa y el Pobre Labrador.

¿Somos adultos? o Mama hazme grande que zonzo me hago solo.

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