Figuras popularizadas por la lucha contra el crimen organizado, el terrorismo y las aventuras de espías. Absolutamente ajenas a la política en el mundo civilizado. En el nuestro existen y se los conoce como panqueques o borocotó y se autodefinen seriamente como pragmáticos.
El “buchón” diría la calle, que a cambio de delación e información, negocia con el adversario o los nuevos patrones un lavado de cara, un trato judicial clemente o una nueva identidad y el anonimato en el vasto planeta.
Aparecen como hongos tras la lluvia cuando las mafias se desintegran. En estas tierras del Plata comienzan tímidamente a brotar algunos que estando muy jugados, deslizan suaves críticas, después de haber convalidado todos los atropellos. Una delicada manera de decir “escucho propuestas”
Sus patrones les darán soga, a unos hasta cortarles la cabeza, a otros para usarlos nuevamente, están embarrados hasta el cuadril, son útiles para cualquier papel y lugar, los siempre necesarios comodines, los tienen bien agarrados.
Los terroristas que hoy están en el gobierno pertenecen todos a esta especie, se pueden llamar Carlotto, Bonasso, Taiana, Bielsa, Bettini, Garré, Abal Medina; se llamarán........; dejémosle la oportunidad de mostrarse solos y tener sus 5’ de fama, para crucificarlos hay tiempo. Sus nombres a usted y a mi nos están haciendo ruido en la cabeza.
La impunidad tiene un cuello de botella, el sicario, que es además cómplice y testigo privilegiado, ese personaje que no debe seguir con vida. Lo sabían los Hunos cuando enterraban a sus jefes, con esposas, concubinas, sirvientes y altos funcionarios, hasta el caballo, todos a la fosa para acompañar y seguir protegiendo con el silencio eterno al jefe.
El problema de esta tiranía ordinaria, es su desesperado personalismo y su carencia de recursos humanos confiables, por lo que se ve obligada a reciclar permanentemente a los mismos personajes que terminan siendo un gran catálogo viviente de toda clase de porquerías lo cual les asegura la continuidad o mantenerse en lista de espera, si son discretos y hacen buena letra.
Un nuevo año que vendrá lleno de increíbles sorpresas, entre las sanguijuelas prendidas con fuerza del cadáver para chuparle las últimas gotas, los monos que se tiran de la palmera porque ven venir el huracán y las ratas que huyen del barco que naufraga.
Es prudente no olvidar que quien se enfrenta a nuestro adversario o es agredido por el, no es necesariamente un amigo al que hay que sentar a la mesa, o invitar a dormir, como si dijera Nelson Castro, Alfredo Leuco, Felipe Solá, o Francisco Narváez porque “cría cuervos y te sacarán los ojos” Una sugerencia que caerá en saco roto, los actuales dirigentes solo conciben la política como el arte sumar cualquier cosa que esté disponible para llegar o hacer ruido.
Verdaderos miserables que solo compran en las mesas de saldos y retazos de liquidación.
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