febrero 03, 2009

COMENZANDO A EMPEZAR EL AÑO


Dedicado casi en exclusiva al chiquero que nos rodea, el pasado enero me he salido de la línea, para tomar un poco de aire. El mundo entretenido entre Gaza, Obama y las “medidas” anticrisis, tampoco es los Campos Elíseos. No es posible elegir entre el malo y el peor, ni gastar pólvora en chimangos, habiendo tanta perdiz gorda entre las matas.

Poco me importa y considero que a cualquier ser pensante tampoco si una descerebrada pasea por la Habana y Caracas, que le dicen que diga y con que fantasma truca una fotografía.

¿Es que en argentina han dejado de pasar cosas? Por cierto que no, todo sigue igual, negocios son negocios y no han dejado pasar ninguno, solo varió la sensación térmica, el nivel de crispación, que provocan la sola presencia de la que cobra un sueldo para hacer turismo y explicarnos que estamos tan bien porque ella nos cuida o del histérico que la acompaña, con poses de recio y machote para disimular todo lo que le falta.

Está comenzando un año duro. Para escándalo de muchas buenas personas que nunca quieren entender nada con tal de no abandonar el cascarón en el que se protegen para no pensar, habrá que recalibrar la mira y tomar nuevos blancos.
Los verdaderos cómplices y responsables que la tiranía siga estando y que se aprestan a garantizar su permanencia legitimando el fraude electoral que certifique que vivimos en un estado de derecho democrático y la dictadura es un gobierno legítimo con mandato de las mayorías, están primeros en la fila. ¡Apunten, fuego!

Como no busco fama ni adhesiones y no me preocupa la medición de audiencia, ni vivo de ella; gozo de la libertad de sumar más enemigos y detractores e incluso perder lectores que solo llegan a esta página para leer lo que ellos quieren que se diga.

La juventud ya la deje atrás, tonto sería negarlo, pero no por eso soy más cabrón e intolerante de lo que era de muy joven. Es lo mismo, más una cuota de experiencia que me permite reflexionar un poco, cosa que antes no hacía. Es bueno mostrar el juego y poner todas las cartas sobre la mesa, siempre lo hice, también siempre me lo hizo todo mucho más difícil, pero me dejó la conciencia un poco más tranquila.

Somos animales de costumbres, la cabra al monte tira y al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen.

Esta será la línea de opinión en los meses que vienen, si coincidimos nos seguimos viendo. No estoy embanderado con el campo, con la industria, con los pobres, los tipos de cambio, teorias económicas ni con los mausoleos que guardan fósiles; solo con el sentido y el bien común, tal como lo veo.

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