Nada cambio en Venezuela, pero es importante la lección.
Para ser reelecto Chávez deberá llegar vivo a la próxima elección, ganarla y así sucesivamente ¿Algún ingenuo cree que no le encontrará la vuelta “legal” para hacerlo indefinidamente?
Frente al dictador una oposición muy a la argentina. Una gran mayoría de ex-chavistas, socialistas, comunistas, revolucionarios y colaboracionistas con disfraz de opositores, todos de la misma cría. Un grupúsculo de guardianes de mausoleos con el viejo discurso político decimonónico.
Todos se prestaron al juego de concederle un triunfo que lo consolida hacia dentro y lo hace prestigioso e intocable hacia afuera.
Entraron como caballos en la trampa. Derrotado en la reforma anterior, extendió la reelección indefinida a todos los funcionarios políticos y se aseguró el apoyo de la nueva oligarquía política sin poner un peso, repartir zapatillas o dar títulos de propiedad de casas y conventillos.
Recuerdo en este punto haberlo escrito cuando la reelección de Lula de la que se dudaba por los negociados y escándalos que se hicieron públicos, al ciudadano común ni le tingan los negociados; porque mayores o menores, descarados o encubiertos siempre los hubo; ni el discurso institucional. Quiere soluciones a sus problemas cotidianos y solo escucha enunciados voluntaristas y fantasiosos.
Del vamos a terminar con la inseguridad, sin tener con que ni saber como, no hay diferencia al síganme no los voy a defraudar, declamación de consignas, voluntarismo y expresiones de deseos.
Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar, dice el viejo refrán, al que nadie le prestará atención porque no saben hacer otra cosa que adoptar poses y frases hechas.
Los tiranos no se van, caen solos o los sacan con los pies por delante, sentenciaban los griegos porque estaban cansados de verlo.
Sonó el fin de la vieja política y la improvisación del nuevo estilo de gerentes y empresarios exitosos
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